Page 43 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
P. 43

HISTORIA DE SINUHÉ                                       45


     partida, (al día en que) se me conducirá a las moradas eternas70. Que pue­
     da yo servir (todavía) a la soberana y que ella me diga lo que complace a
     sus niños. Que pueda ella pasar una eternidad encima de mí71.
       Entonces,  cuando  se  notificó  a  la  Majestad  del  rey del Alto  y Bajo
     Egipto, Kheperkare, j.v., acerca de la condición en que me hallaba, su Ma­
     jestad me envió (emisarios) /[B,175]  con presentes reales, queriendo en­
     sanchar el corazón de este humilde servidor como (si se tratara) del jefe
     de cualquier país extranjero. Y los hijos reales (que estaban) en (su) pala­
     cio me hicieron oír sus mensajes.

     I m  orden real12

       Copia de la orden que fue traída a este humilde  servidor en relación
    a su retorno a Egipto:
       «Horus: que revive por el nacimiento (del rey)73. Las dos diosas-, que re­
    vive por el nacimiento (del rej^). E l rej del Alto y  del Bofo Egipto'.  Kheper­
    kare. E l Hijo de Ra:  /[B,180] Amenemhat74, ¡que pueda vivir eternamen­
    te por siempre jamás!
       »Orden real para el Compañero Sinuhé. Mira, esta orden del rey te ha
    sido llevada para hacerte saber lo que sigue. Has recorrido los países ex­
    tranjeros, desde Quedem hasta Retenu: un país te dio a (otro) país73, bajo
    el (único)  impulso  de tu corazón.  ¡Qué habías hecho pues para (temer)
    que se hiciera algo en tu contra? Tú no blasfemaste, de forma que tus pa­


       711Cfr. Do doro,  1, 51:  «(Los egipcios)  llaman  a  sus viviendas  hospederías...  en tanto que  a
    las tumbas las denominan viviendas eternas  (àÎÔÎODÇ οίκους)». La misma expresión entre los
    Hebreos, Ecc/., 12, 5.
       71 Véase más abajo, 1. 185, la reina es llamada «el cielo» de Sinuhé. Identificada con la diosa del
    cielo Nut, continuará extendiendo su protección sobre Sinuhé difunto, eternamente. [N. del T.: Era
    una práctica muy difundida decorar la cara interna de la tapa del sarcófago, precisamente la que da
    directamente sobre la momia, con la representación de la diosa del cielo, con los brazos extendi­
    dos, en actitud receptiva, reflejo de la ancestral creencia en un destino celestial del bienaventurado.)
       72 Como ocasionalmente  sucede en las autobiografías  funerarias, modelo de nuestra pieza
    literaria, la  Historia de Sinuhé incluye aquí una copia, supuestamente literal, del decreto real que
    permite a Sinuhé volver a su tierra.  Se pueden ver paralelos en la autobiografía de Herjuf  (di-
    nastíaVI) o Senchemib (dinastía V), entre otros muchos.
        3 «Que vive  (de  nuevo)  en cuanto al nacimiento (?)»  cnh m sw t este apelativo  se aplica a
    Horus, que revive en una vida verdadera, una vida terrenal, en la persona del rey que acaba de
    nacer.  [N. del T.: La nomenclatura de los reyes contiene con frecuencia elementos programáti­
    cos o de propaganda relacionados con el momento que vive el país. La expresión que contienen
    los dos primeros  nombres de Sesostris  I  se contextualiza mejor dentro de  la necesidad  de re­
    formas y de reconstruir la ideología de la realeza  egipcia tras la crisis aún reciente del Primer
    Período Intermedio.  Cfr.  A.  Niwinski, «Les périodes  whm mswt dans l’histoire de  l’Egypte:  un
    essai comparatif», BSFE 136 (1996), pp.  5-26.]
        4 ¡«Amenemhat», en lugar de Sesostris! Otra negligencia, del mismo tipo, pero menos gra­
    ve, reside en el añadido del epíteto «justo de voz» (j.v.), al nombre de Sesostris, Kheperkare (¡es­
    crito, por otra parte, Kheperkaure!), 1. 173, más arriba.
       75 Cfr. R, 52-55 y, para Quedem, véase nota 26.
   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47   48