Page 46 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
P. 46

48         MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA


     para sí mismo92. Este humilde servidor está en manos de quienquiera que
     asuma su cuidado:  sí, estoy bajo  su dirección. Tu majestad  es el Horus
     que  conquista,  tus  brazos  son  más  poderosos  que  (los  de)  todos  los
     (demás) países.
        »Que  tu  Majestad  ordene  pues  introducir  a  Meki  de  Quedem93,
     /[B,220] a Khentiuauch de Khentekechu, y a Menus del doble país de los
     Fenkhu94: son príncipes de buen renombre (?), que se han engrandecido
     en tu amor. Es inútil mencionar el país de Retenu93: es tuyo, como tus pe­
     rros.
        »Con respecto a esta fuga que hizo este humilde servidor, no fue pre­
     meditada, no estaba en mi corazón, yo no la había preparado. Yo no sé
     quién me alejó del lugar (en el que yo estaba)96. Fue como /[B,225]  una
     especie de sueño, como cuando un hombre del Delta se ve en Elefanti­
     na, o un hombre de las marismas en Nubia. Yo no había sentido miedo,
     no se me había perseguido, no había escuchado palabra alguna injuriosa,
     y mi nombre no había sido oído en la boca del heraldo97.  Pese a ello98,
     mis  miembros  temblaron, mis piernas  emprendieron la huida, y mi co­
     razón me guió: el dios que había determinado esta fuga /[B,230] me em­
     pujó. Yo no soy tampoco inflexible: el hombre que conoce su país es mo­
     desto99, pues Ra ha hecho que reine100 tu temor en Egipto, y el miedo a
     ti en toda región extranjera. Esté yo en la corte, o esté yo en este lugar,
     (siempre) eres tú quien puede esconder este horizonte101, (porque) el sol
     se alza según tu voluntad. El agua en los ríos es bebida cuando tú quie­
     res; el aire en el cielo es respirado cuando tu lo dices.  Este humilde ser­
     vidor (esta dispuesto)  a transmitir  /[B,235] la función de visir102 que ha
     ejercido este humilde servidor en este sitio. Que tu Majestad actúe como
     le plazca:  se vive del aire que tu das.  ¡Que Ra, Horus y Hathor amen tu
     augusta nariz, que Montu, señor de Tebas, quiere que viva eternamente!».


        92 Es decir: aquél que se ve reducido a sus propios recursos. Traducción por otra parte dudosa.
        93 Con respecto a Quedem, cfr. nota 26. El nombre de la localidad que sigue, Khentekechu,
     se puede relacionar quizá con Kuchu  íK w sw ).  nombre que  figura entre los pequeños Estados
     de Asia en las listas de proscripción: G. Posener, Primes et pays d ’Asie et de Nubie, cit., p. 88.
        94 La palabra «Fenkhu» designa de forma general a las poblaciones  del Asia anterior, aquí
     especialmente a Siria. El texto incorpora «el doble pais de los Fenkhu» por analogía con el «doble
     país» de Egipto.
        '
        <· Lit. «sin mencionar (Re)tenu».
        J
        % Comparar más arriba B,43: «yo no se quién me ha traído a esta región».
        97 Estas dos ultimas frases ya aparecían, palabra por palabra, más arriba, B,41-42.
        98 Lit. «(nada)  fuera de esto (que)...»  w pw -h r nf.
        99 El egipcio, incluso en tierra extranjera, sigue temiendo el poder del faraón.
        100 Lit. «Ra ha situado tu temor en el país» (ti, es decir, la tierra de Egipto: cfr. B,159).
        101 Es decir: arrojarnos a las tinieblas. Sobre esta oración, cfr. Gardiner, Eg.  Gram., § 217.
        1,12 ¿Sinuhé quiere decir que se considera como el representante, visir, del Faraón en tierra
     extranjera, o bien que con relación a Amunenchi actúa como el visir para con el faraón?.  - Es
     importante apuntar que el  II orlb, 5, 343, lee tit (en lugar de tity «visir») y traduce «posesión per­
     sonal (que uno transmite)».
   41   42   43   44   45   46   47   48   49   50   51