Page 44 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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46 MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA
labras tuvieran que ser reprochadas. Tú no hablaste mal del Consejo de
Notables, de forma que hubiera que oponerse a tus propósitos. / [B,l 85]
Esta decisión se apoderó de tu corazón, pero no estaba en mi corazón
contra ti.
»Esta (reina), tu cielo76, que está en palacio, está firme, y florece en el
día de hoy; su cabeza se encuentra cubierta con (las insignias de) la reale
za del país, y sus hijos están en los apartamentos reales. Acumularás las
riquezas que ellos te darán, vivirás de sus larguezas.
»Vuelve a Egipto, para volver a ver la corte en la que creciste, para be
sar la tierra ante la Doble Gran Puerta, y para que te unas a tus amigos.
Pues hoy /[B, 190] has empezado a envejecer, has perdido la potencia vi
ril. Piensa en el día del entierro, en el paso al estado de bienaventurado.
La noche te será (entonces) asignada por medio de aceites (de embalsa
mamiento) y de bandeletas (provenientes) de las manos de Tayt77. Se te
organizará un cortejo fúnebre el día del sepelio, —una funda78 de oro
(con) la cabeza de lapislázuli, un cielo79 por encima de ti, habiendo sido
colocado dentro del sarcófago; los bueyes te arrastrarán y los músicos
(marcharán) delante de ti-. Se ejecutará la danza /[B,195] de los Muu80 en
la puerta de tu tumba; se te leerá la lista de ofrendas; sacrificios serán he
chos junto a t(u) estela, estando tus columnas81 construidas de piedras
blancas en medio (de las tumbas) de los hijos reales. No, tú no morirás
en una tierra extranjera; los Asiáticos no te llevarán (a la tumba); no se te
meterá en una piel de borrego82, y no se te hará un simple túmulo83. Es
muy tarde (ahora) para llevar una vida errante. Piensa en la enfermedad84
y regresa.»
Alegría de Sinuhé; su respuesta al rey
Esta orden llegó cuando yo estaba /[B,200] en medio de mi tribu. Me
la leyeron. Me puse boca abajo, toqué (con la frente) el polvo y lo extendí
sobre mis cabellos. Recorrí mi campamento, lanzando gritos y diciendo:
76 Lit. «Éste tu cielo». Se trata de la princesa Nefru, convertida en reina: Sinuhé había dese
ado (véase más arriba B,173) que ella «pasara una eternidad encima de él»
77 Diosa de los tejidos.
8 La palabra egipcia wi designa el sarcófago antropoide, o la funda que envuelve a la mo
mia, por oposición a m stpt, que designa el sarcófago exterior, de madera, posiblemente monta
do en el trineo. Cfr. G. Jéquier, en Rec. de Trau 39 (1921) p. 17.
'9 Se trata o bien del baldaquino, o bien quizás mejor de la cara interna de la tapa del sarcó
fago, que simboliza a la diosa del cielo, Nut.
81 Sobre la danza de los (seudo)Muu (léase m w w en lugar de n n yw ), cfr. G. Jéquier, en Re
,
me Egypte Ancienne 1 (1927), p. 144, y sobre todo H. Junker, en Mitteil, des deutsch, instit. in Kairo,
9 (1940), p. 1. Véase también: J. Vandier, en Chronique d ’Égyp/e 19 (1944), p. 35. [N. del T.: Y más
recientemente, H. Altenmüller, «Zur Frage der M w w », SAK 2 (1975) pp. 1-37].
81 Es decir, las columnas de su tumba.
82 Modo de inhumación que no era costumbre en Egipto.