Page 48 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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50 MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA
la muerte110. Entonces dijo su Majestad a uno de sus Amigos: «Levan
tadlo, para que pueda hablarme». Después su Majestad (me) dijo: «Hete
aquí de vuelta. Has hollado países extranjeros despues de haber huido.
La vejez se ha abatido sobre ti, ya has alcanzado una avanzada edad. Tu
sepelio no será cosa pequeña111; no serás escoltado por los Bárbaros.
No actúes, no actúes (así) contra ti mismo: hombre silencioso, no ha
blas / [B,260] aunque se pronuncia tu nombre».
Tuve miedo a un castigo y respondí a esto por medio de la respuesta
de un hombre que tiene miedo: «¿Qué es lo que dice mi señor? ¡Ah, me
gustaría tanto responder a esto! Pero no puedo hacer nada. Es la mano
de Dios, es un sentimiento de temor que está (todavía) en mi seno, como
cuando se produjo (mi) huida ordenada (por Dios)112. Heme aquí ante ti.
La vida te pertenece: que tu Majestad actúe como le plazca».
Fueron introducidos los hijos reales. Y su Majestad dijo a (su) esposa
real: «Mira un poco, Sinuhé /[B,265] ha regresado (convertido) en un
Asiático, ¡un verdadero hijo de los Beduinos!113». Ella soltó un gran gri
to, y los hijos reales clamaron todos juntos; después dijeron a su Majes
tad: «No es él, en verdad, Soberano, mi señor». Pero su Majestad respon
dió: «Ciertamente que es él». Habían llevado consigo sus collares-menit,
sus sonajeros y sus sistros114, y los presentaron a su Majestad: «¡Que tus
manos (se tiendan) hacia /[B, 270] algo hermoso, rey de duración (eter
na), hacia el tocado de la Dama del cielo115; que la diosa de oro otorgue
la vida a tu nariz y que se una a ti la dama de las estrellas; que la corona
del sur descienda la corriente y que la corona del norte la remonte, de for
ma que se unan y se ajusten116, a la orden de tu Majestad!. ¡Que el uraeus
se sitúe en tu frente! ¡Y como tú has tenido a (tus) súbditos al amparo de
la desgracia; que Ra, señor del Doble País, te sea benéfico! ¡Salud a ti así
como a la Soberana! ¡Retira el cuerno117, desposita tu flecha! /[B,275]
110 Es decir: yo no sabía si estaba vivo o muerto. Esta traducción supone la restitución de
la negación n al inicio de la frase. K1 Ms. B-Λ tiene aquí un texto más desarrollado: «[Yo no me
conocía en lo que respecta] a la muerte, yo no me conocía en lo que respecta a la vida. [Yo no
sabía que] iba a acontecer»,
111 Relacionar con el pasaje B,159: «¿Qué hay más importante para mí que ser enterrado en
Egipto?».
112 Comparar con B, 229: «el dios que había ordenado esta huida» ntr s$ w ert tn.
113 Lit. «como (m) un Asiático a quien han creado los Beduinos».
114 Los collares con contrapeso (mnit), los sonajeros y los sistros son atributos de Hathor: la
diosa los tiende hacia aquél -el rey generalmente- a quien quiere honrar y proteger. Los hijos re
ales hacen aquí el gesto y desempeñan el papel de Hathor. Una escena análoga en Westcar, 10,3.
]l:> Este apelativo y los dos siguientes (diosa de oro y dama de las estrellas) designan a Hat
hor, cuyos emblemas son, como acabamos de decir, el sistro y el collar-wfw/.
1,6 Las coronas de las dos partes de Egipto, que son diosas, van al encuentro la una de la
otra y se unen y se someten a las ordenes de su Majestad.
11 «Cuerno» es aquí empleado sin duda metafóricamente por «arco». Cfr. Pia/ikbi, 12: «Ba
jad el arco (pdt), depositad la flecha (sfh chi)».