Page 54 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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                       CUENTO DEL NÁUFRAGO







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                                                        ,
        El Cuento del náufrago —ambién llamado la Isla de la Serpiente— cuyo ori­
     ginal parece  remontar al comienzo  de la dinastía XII1, nos  es  conocido
     por un manuscrito del Imperio Medio que encontró W. Golénischeff en
     el Museo Egipcio de l’Ermitage, en San Petersburgo (Leningrado), y cuyo
     descubrimiento anunció en el Vo Congreso de Orientalistas celebrado en
     Berlín en septiembre de 1881. Nada se sabe del origen del manuscrito, ni
     de las circunstancias por las cuales llegó a Rusia. Ninguna otra copia del
     Náufrago, completa o fragmentada, nos ha sido transmitida por los papi­
     ros o ostraca.
        Es  un relato  de composición  muy  simple y clara,  escrito  en un len­
     guaje escogido y dirigido a un publico cultivado; la forma, sin embargo,
     es menos cuidada que la de Sinuhé2.  Un egipcio cuenta  sus extraordina­
     rias aventuras: saliendo de un puerto del mar Rojo para alcanzar la región
     minera del Sinaí, naufraga y llega a una isla maravillosa cuyo  señor, una
     Serpiente, le recibe amistosamente y lo devuelve al hogar cargado de bie­
     nes. De regreso en Egipto, el rey le acoge bien y lo eleva a la categoría de
     Compañero.
        Este relato se dirige a un oyente, que no podemos más que entrever,
     y que no replica al narrador más que una sola vez, y brevemente, al final
     del cuento (1. 183-186). Sin duda se trata de un gran personaje, puede ser
     que un príncipe de Elefantina que, enviado por el rey a Nubia, vuelve a
     casa tras haber fracasado en su misión. Está, pues, inquieto con respecto
     al recibimiento que le espera en la corte; el narrador, instruyéndole sobre
     su propia experiencia, se esfuerza en tranquilizarlo, pero parece que no lo
     consigue.


        1Sobre la datación del cuento, cfr.  la nota de M. Pieper en OLZ 30 (1927) p. 737.

        2 Así, hacia el final del relato, durante una veintena de líneas  (1.  154-183) nos encontramos
     al menos con catorce frases que comienzan por  ch c.n.
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