Page 146 - Fantasmas, espectros y otros trapos sucios
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fin… es una gran industria.
—¿Quién fabrica todo eso?
—Otros fantasmas con visión comercial; cuando mueres y te conviertes en
espectro, te llegan un montón de catálogos de compañías que ofrecen sus
productos para el fantasma primerizo, aunque hay que tener cuidado, podrías
toparte con un comprador de almas.
—¿Y esos qué son?
—Alguien que te contrata después de muerto. Normalmente te esclaviza para su
propio beneficio. Es algo muy común en Japón, algunas empresas fabricantes de
coches siguen haciendo trabajar a sus empleados después de que fallecen. Ya
convertidos en fantasmas los ponen a atender teléfonos o los encierran en la
sección de contaduría… Una vez conocí a un tratante de esclavos espectrales,
que por cierto, tuvo un final terrible… pero esa es una historia aparte.
—Supongo que también me vas a vender ese relato —suspiré.
—Supones correctamente, pero no ahora.
Mi tío me señaló el reloj de la pared, ¡había pasado de la media noche!
—Vete a tu casa —me ordenó—. Tus padres deben de estar preocupados.
—¿Y cuándo me enseñas el catálogo de productos para fantasmas?
—Mañana —prometió—. Y también te mostraré el folleto de la agencia de
viajes, porque nosotros los espectros también…
De pronto el tío Chema guardó silencio.
Me giré y vi por la ventana que da a la calle, dos siluetas aproximándose a la
casa, se detuvieron en la puerta y tocaron. Me asomé por las cortinas y sentí que
la sangre se me bajó al dedo chiquito del pie ¡eran mi padre y mi madre!
—¡Tito, hijo…! —gritó mi padre que también me había visto—. ¡Ábrenos!
—Te lo dije —murmuró el tío Chema a mis espaldas—. Tus padres estaban