Page 85 - Fantasmas, espectros y otros trapos sucios
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—Aquí está la prueba —dijo.
Lo recuerdo perfectamente, su rostro era liso y de apariencia viscosa, con
branquias a los costados y unos labios púrpuras por donde sobresalía una lengua
partida en dos. Sus ojos tenían una coloración ambarina y en lugar de párpados
había una membrana pegajosa.
Esa era la mejor prueba que alguien me había presentado y evidentemente le
compré el relato.
La extraña criatura me contó su miserable vida, llena de maldiciones y seres
atormentados. Todo comenzó en Veracruz casi medio siglo atrás, en una tierra
famosa por el delicioso café y por sus legendarios brujos…