Page 103 - El Bosque de los Personajes Olvidados
P. 103

mágica remanente te condene a la infelicidad eterna. Es por ello que reyes y

               reinas de nuestro mundo han buscado su favor para dotar con sus talentos
               místicos a sus descendientes o reinos, lo cual los ha vuelto muy solicitados. Se
               sabe de un rey que atrapó a más de la mitad de las hadas del bosque, y las tuvo
               encerradas durante casi un siglo en un calabozo para extraer el polvo mágico que
               emanaba de sus cuerpos y experimentar con él pociones. Ése fue el principio de
               la alquimia, y también el final más trágico de un rey en nuestro mundo.


               ”La magia, querida Anjana, ese don que hace único a nuestro universo, también
               ha sido la causa de grandes guerras. Los reinos han anhelado controlar a brujas
               y magos, aliarlos a sus batallas y expansiones. Desgraciadamente, más de uno
               ha accedido a emplear sus dones para fines viles. En cambio, los seres de magia
               mística, al estar en sintonía con el ambiente, siempre han tomado partido por el
               equilibrio de las cosas y se han puesto del lado del bien común.


               ”Por extrañas razones, a muchos seres les interesa más poseer el dominio físico
               del espacio que la armonía emocional. Ha habido sangrientos enfrentamientos,
               batallas y conquistas para someter a otros, bajo la premisa de que así se alcanza
               la felicidad: dominando sobre los demás.


               ”Nadie parece notar que es posible obtener tal gracia con la sola sintonía entre
               las criaturas y la armonía con el entorno, como hacen los seres místicos.


               Anjana estaba boquiabierta y pensativa. A pesar de ser muy pequeña, su ceño
               fruncido denotaba una claridad mental avanzada.


               —¿Y todo eso has aprendido en este año?


               —Así es.


               —¿De dónde sacaste esa información?


               —Digamos que el conocimiento tiene su precio —dije sin confesarle el pago que
               cubrí por una clase magistral como ésa, a cargo de un vetusto elfo que moraba en
               medio de la bruma más espesa antes de la Montaña de la Desmemoria: la
               esmeralda de mi anillo de Realeza, símbolo de mi estatus y representación del
               color verde del Mundo de los Cuentos de Hadas. Especificarle eso resultaba
               irrelevante.


               —Mamá me dijo una vez que información como ésa nunca se obtiene sin pagar
   98   99   100   101   102   103   104   105   106   107   108