Page 97 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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—Claro —respondí sin pensarlo dos veces, consciente de que podía decirle lo
que se me ocurriera, pues ella no tenía manera de comprobar si era verdad.
Sentía gran curiosidad por saber qué soñaba la princesa que pudo ser mi esposa;
al crecer, claro está.
—Dime cómo te llamas realmente —solicitó con aire inocente.
—¿Qué?
—Sí, dime tu nombre de verdad.
—Príncipe Verde, ya te lo había dicho.
—Así es como te puso el escritor, pero nadie se puede llamar Príncipe Verde.
—Pues yo sí—respondí receloso. Nadie se había interesado antes en saber mi
nombre; quién era yo además de una idea a medias—. Y en todo caso, ¿para qué
quieres saber?
—Pues para llamar a mi nuevo amigo por su nombre —respondió con una
sonrisa chimuela, pero tan honesta como jamás había visto. En ese momento
supe que ella era, sin duda, la princesa más perfecta que había visto en nuestro
mundo.
—Me llamo Paulo —le respondí con voz apenas audible ante tan inocente
petición; me sentía tremendamente avergonzado de haber intentado
aprovecharme de la poseedora de un corazón tan puro.
—Mucho gusto, Paulo. Mi nombre es Anjana, como las hadas de la Cantabria, y
mi sueño es…
—No es necesario —la interrumpí antes de que confesara algo que podía ser
especial. Una niña como ella debía albergar en su corazón un sueño sin duda
especial.
—Pero dijiste que los amigos compartimos secretos.
—Sí, pero también respetamos la privacidad de los otros, y no tienes por qué
compartirme algo sólo por el hecho de que yo lo quiera saber.