Page 61 - El sol de los venados
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Cómo no íbamos a querer a la señorita Ana Mercedes si era la más dulce de las
               maestras... Un día nos dijo que a lo mejor ella tenía entre sus alumnos a hombres
               muy importantes del mañana. Nos miramos sin entender nada.






               –Sí, a lo mejor Julián, dentro de treinta años, será un científico famoso –dijo
               mirándonos muy seria.






               Julián, tan tímido y tan calladito, se quedó como paralizado mirando su pupitre
               mientras nosotros nos reíamos a carcajadas.






               –¡Ah, no! No hay razón para reírse. ¿Acaso creen que Bolívar no fue niño?
               ¿Alguien se imaginó cuando él tenía ocho o diez años que, de mayor, sería un
               gran general y libertaría cinco naciones?






               Nos quedamos callados. Tenía razón. A lo mejor, Ismael será un gran escritor y
               podrá firmar libros y saldrá en los periódicos.





               –A lo mejor, Jana será escritora.






               Ella es la única profesora que me llama Jana. Pensé que estaba soñando. ¿Yo?
               ¿La señorita Ana Mercedes hablaba de mí? Mis mejillas comenzaron a arder. Me
               quedé quietecita sintiendo encima la mirada de todos los niños. Y pensé que me
               hubiera gustado que papá y mamá estuvieran allí para que oyeran lo que ella
               decía.
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