Page 59 - La desaparición de la abuela
P. 59
12
DESPUÉS de que Fermín explicara a sus compañeros la emergencia en la que se
encontraban, los líderes coloniales no dudaron en ayudar a buscar a Orelio y al
Bamán desaparecido.
Así, poco después de las tres de la tarde, un ejército de niños y niñas de todas las
edades se dispersó por las calles de la ciudad.
La consigna era que cuando alguno de ellos supiera aunque fuera algo mínimo,
debería llamar a casa de Esteban y anotar el símbolo en la pared blanca de la
colonia en la que se encontrara para que todos los demás estuvieran enterados y
comenzara a funcionar el cardillo.
Una vez que los niños emprendieron la importante misión, Fermín se comunicó
con Esteban para darle instrucciones:
—No te muevas de tu casa porque si alguien sabe algo, te va a llamar.
Fermín no dijo más y colgó la bocina.
Esteban corrió a avisarles a sus papás y a su tía lo que Fermín le había dicho, y
los cuatro, que no podían dejar de rezar por Rodrigo, se dispusieron a esperar
con los nervios de punta.
A Juan Pablo, el Garrincha, líder de Coyoacán, le llegó la noticia de inmediato:
Carlos Andrés el Carlán, y uno de sus más avispados lugartenientes, tenía en su
poder a Orelio, era uno de los suyos y había estado escondido desde el día
anterior.
Juan Pablo se comunicó con Esteban para avisarle que ya habían encontrado a
Orelio y pedirle que esperara una nueva llamada.
—¡Ya encontraron a Orelio...! ¡Ya lo encontraron!
Maribel, Carlos y Mariana no lo podían creer... ¡Era increíble lo que habían
hecho esos muchachos!