Page 59 - La desaparición de la abuela
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               DESPUÉS de que Fermín explicara a sus compañeros la emergencia en la que se
               encontraban, los líderes coloniales no dudaron en ayudar a buscar a Orelio y al

               Bamán desaparecido.

               Así, poco después de las tres de la tarde, un ejército de niños y niñas de todas las
               edades se dispersó por las calles de la ciudad.


               La consigna era que cuando alguno de ellos supiera aunque fuera algo mínimo,
               debería llamar a casa de Esteban y anotar el símbolo en la pared blanca de la
               colonia en la que se encontrara para que todos los demás estuvieran enterados y

               comenzara a funcionar el cardillo.

               Una vez que los niños emprendieron la importante misión, Fermín se comunicó
               con Esteban para darle instrucciones:


               —No te muevas de tu casa porque si alguien sabe algo, te va a llamar.


               Fermín no dijo más y colgó la bocina.


               Esteban corrió a avisarles a sus papás y a su tía lo que Fermín le había dicho, y
               los cuatro, que no podían dejar de rezar por Rodrigo, se dispusieron a esperar
               con los nervios de punta.


               A Juan Pablo, el Garrincha, líder de Coyoacán, le llegó la noticia de inmediato:
               Carlos Andrés el Carlán, y uno de sus más avispados lugartenientes, tenía en su
               poder a Orelio, era uno de los suyos y había estado escondido desde el día
               anterior.


               Juan Pablo se comunicó con Esteban para avisarle que ya habían encontrado a
               Orelio y pedirle que esperara una nueva llamada.


               —¡Ya encontraron a Orelio...! ¡Ya lo encontraron!


               Maribel, Carlos y Mariana no lo podían creer... ¡Era increíble lo que habían
               hecho esos muchachos!
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