Page 61 - La desaparición de la abuela
P. 61
Era la gente de Rómulo y contra ellos era muy difícil enfrentarse. Nadie sabía de
dónde salían ni por qué andaban por las calles, pero los niños les tenían mucho
miedo pues muchos de ellos habían muerto por la droga que les daban, y porque
les gustaba pegar y maltratar a la gente sin motivo alguno.
Fermín se despidió de sus amigos para poner al tanto a Esteban y a sus papas del
problema, pero les pidió que la emergencia continuara por si había algo nuevo
que pudiera ayudarles.
Fermín, con el corazón encogido, y contra su promesa de llamar por teléfono,
prefirió presentarse en casa de sus amigos.
Cuando Esteban escuchó que el malhechor era un tipo que se llamaba Rómulo,
brincó sobresaltado:
—¡Ya sé quién es! —exclamó asustadísimo—. ¡Es el tipo del museo...!
Sus papás, su tía y Fermín lo escucharon atónitos y entonces Esteban les contó
con todo detalle lo que les pasó a Rodrigo, Natalia y a él aquel día en que fueron
al Museo de la Computación. En ese momento, Maribel, Carlos y Mariana se
dieron por vencidos: ¡a Rodrigo, como a la abuela, le había sucedido algo
irremediable!