Page 68 - La desaparición de la abuela
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—Vas a esperarme aquí sin moverte. ¿Ves estos árboles? Voy a subirme a uno,
pero te prometo que no voy a tardar en bajar. Tienes que darme tu palabra de que
no vas a moverte de aquí. ¿Me lo juras?
—Sí, te lo juro.
—Si acaso notas que alguien se acerca, ¡corres a esconderte! ¿De acuerdo?
—¡De acuerdo! —afirmó Elena, sin entender nada de nada.
Rodrigo le estampó un beso en la frente para sellar la promesa y empezó a trepar
por el tronco de un elevado ahuehuete.