Page 33 - La otra cara del sol
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está tratando de convencer a mamá de que los publique. ¿Qué te parece? Tengo
una mamá poeta y ni siquiera lo sabía.
Bueno, ya hablaremos en las vacaciones, mamá me prometió que iremos por allá
una semana.
Y tú, Jana, ¿sigues leyendo? ¿Qué tal el bachillerato? Apuesto a que eres la más
pequeña de todo el colegio... Ya veo tu cara... ¡¡¡Es una broma!!!
Ojalá me contestes pronto. Un abrazo para ti y para toda tu tribu.
Ismael
Leí y releí la carta. Me pareció increíble que fuera Mara, la mamá de Ismael, la
escritora. Esa sí que era una sorpresa, ¡Dios, mío! Todavía faltaba mucho para
que llegase junio. Las palabras de Ismael me hicieron caer en cuenta de que tenía
olvidada la lectura. Al otro día fui a la biblioteca del colegio a ver si había un
libro de Neruda, pero no encontré ninguno. Le pregunté a la hermana de la
bibliotecaria pero ni sabía quién era Neruda.
Fui a ver a Alicia, la hija de don Samuel, quien desde que yo era pequeña me
prestaba libros. Alicia me dijo que el único que tenía se llamaba Los versos del
capitán, y que no era un libro para niños.
—No soy una niña —le repliqué.
—Para mí sí —me respondió con aires de profesora.
Me prometió, eso sí, que buscaría a ver si tenía un libro de Neruda que yo
pudiese leer.
Así pasaron las semanas sin que yo pudiera leer un solo verso de Neruda.
Un domingo papá llegó temprano del mercado con los periódicos debajo del
brazo. Los tomé y, como siempre, me apropié de la separata de los cómics. Papá
se sentó en su sillón a hojear el resto y, de pronto, puso una hoja bajo mis