Page 53 - La otra cara del sol
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más importantes en la vida de una persona.
Nuestra velada fue un éxito, así que repetimos el espectáculo; lo hicimos sin
hacernos de rogar y al final recibimos una salva de aplausos.
Los días fueron pasando al son de la guitarra tocada por el abuelo y al son de su
voz contándonos historias de su juventud, hablándonos de personas de la familia
que nunca conocimos, pero que formaban parte de nosotros, pues eran “nuestros
ancestros”, como decía el abuelo mientras nos mostraba a algunos en el álbum
familiar. Hombres de bigotes puntiagudos, vestidos con pantalones de bota muy
ancha. Mujeres de cabello ondulado, con vestidos de volantes y zapatos de
plataforma. Y un día, el abuelo se fue y la vida siguió su curso a pesar de nuestra
tristeza. Nos prometió volver pronto con Carmen, su segunda esposa. Nos
alegramos con su promesa. Toda la familia quiere mucho a Carmen, menos la
abuela Flora, claro está. Carmen es una mujer dulce, trabajadora y generosa. Es
mucho más joven que el abuelo, es menudita y no parece que ya hubiera tenido
seis hijos, nuestros medios tíos. Es muy divertido eso de tener tíos de nuestra
misma edad o menores. Cuando el abuelo habla de Carmen, se transforma y dice
que el Señor se la puso en su camino.
NAVIDAD SE ACERCA y mis hermanos pregonan a los cuatro vientos lo que
quieren que les traiga el Niño Dios. Tatá y yo sabemos que con mucha suerte
cada uno tendrá un solo regalo. Papá siempre anda corto de dinero. Cada mes
sufrimos un calvario cuando tenemos que pagar la pensión del colegio, cuando
tenemos que pedirle un par de zapatos nuevos o simplemente un libro para el
colegio; cualquier gasto extra pone a papá de muy mal genio. A veces reacciona
con violencia, nos dice que no tiene un céntimo, que no se da abasto con tanta
pedidera y salimos de su consultorio como perros regañados. Otras veces nos
compra enseguida lo que le pedimos. Realmente su ánimo debe depender de su
bolsillo.
Lo más horrible es cuando papá se desespera tanto que dice que un día se va a ir
lejos, donde nadie le friegue la vida. Y mis hermanos pequeños lloran y yo me
pongo furiosa con papá y le grito que no diga cosas semejantes, y él me dice que
no le grite, que lo respete y yo le replico que él también tiene que respetarme.
Cuando ocurren esos altercados lloro hasta quedarme dormida y al otro día tengo