Page 55 - La otra cara del sol
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Querida Jana:


               Mientras te escribo hago la guerra a los condenados zancudos que al atardecer
               te sacan un litro de sangre si te descuidas. Hace mucho calor. Empiezo a repasar
               porque los exámenes se avecinan, lo hago con un ventilador a un lado y una
               jarra de limonada al otro.


               Bueno, voy al grano, porque como tú, y como todos los pobres alumnos de este
               país, tengo una montaña de trabajo.


               Mamá y la abuela quieren que vengas depués de Navidad. Mamá dice que te
               pagará el pasaje, que ese será su regalo navideño. ¿Qué opinas?


               Habla con tu papá; de todas maneras mamá va a enviarle una carta.


               Ojalá puedas venir, Jana, esto aquí es como estar en otro país. Nos vamos a
               divertir un montón.


               Un abrazo,






                                                                                                     Ismael





               Me quedé como paralizada. ¿Qué iba a decir papá?, ¿iba a aceptar un regalo
               semejante? Papá es muy orgulloso. Una vez que hubo una excursión del colegio,
               como él no nos la podía pagar, las monjas le dijeron que ellas se harían cargo de

               todo. Papá les agradeció pero les dio un no rotundo. Y papá se quedó con su
               orgullo, y nosotras sin excursión.

               Fui a ver a Tatá y le mostré la carta, apenas la leyó me dijo:


               —¡Qué suerte tienes, Jana!


               —¿Crees que papá me dejará ir?


               —La verdad es que no lo sé. No creo que acepte lo del pasaje, y en caso de que
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