Page 67 - La otra cara del sol
P. 67

—Es un regalo para ti —aclaró.


               —Pero ¿por qué?


               —Para abrirte una puerta —me dijo.


               Me quedé con la boca abierta. Si la abuela Flora hubiese estado ahí habría dicho
               que la magia existía, o que ese señor estaba dotado de un poder adivinatorio, o
               algo por el estilo.


               —No sé si deba... —murmuré titubeante.


               —Lo único que debes hacer es mirarlo y meterte en la cabeza que un día irás a
               todos esos sitios por tus propios pies, que irás a ver la otra cara del sol —me
               replicó con voz firme.


               Tomé el libro contra mi pecho y balbuceé un gracias tan sincero que él sonrió
               feliz.


               —Mi mujer me dice que debería abrir una agencia de viajes para contagiar a la
               gente mi sed de conocer el mundo. Ella me llama cariñosamente pateperro. ¡Eh!
               ¿No tienes un apodo? ¡Pero qué tonto! Si ni sé tu nombre.


               —Todos me llaman Jana, mi nombre es María Juanita. ¿Y el suyo?


               —Carlos.


               —Tengo un hermano que se llama así, pero todos lo llamamos El Negro.

               —¿Qué quieres hacer en la vida, Jana?


               —¿No se va a reír si se lo digo?


               —Juro que no me reiré, sea cual sea el sueño loco de tu vida.


               —Quiero ser escritora —afirmé tímidamente.


               —¡Escritora! Ahora sí que me alegro aún más de haberte regalado el libro. Un
               escritor tiene que recorrer el mundo, no lo olvides.


               —Es lo que asegura mi amigo Ismael, al que veré.
   62   63   64   65   66   67   68   69   70   71   72