Page 25 - Esquilo - Πέρσαι ♦ Los persas

CORO. Antístrofa 3.ª
ΧΟ. στυγναί γ’ Ἀθᾶναι δαΐοις· [ἀντ. γ.
μεμνῆσθαί τοι πάρα·
ὡς πολλὰς Περσίδων [μάταν]
ἔκτισαν εὐνῖδας ἠδ’ ἀνάνδρους.
ΒΑ. σιγῶ πάλαι δύστηνος ἐκπεπληγμένη 290
κακοῖς· ὑπερβάλλει γὰρ ἥδε συμφορά,
τὸ μήτε λέξαι μήτ’ ἐρωτῆσαι πόση.
ὅμως δ’ ἀνάγκη πημονὰς βροτοῖς φέρειν
θεῶν διδόντων· πᾶν δ’ ἀναπτύξας πάθος
λέξον καταστάς, κεἰ στένεις κακοῖς ὅμως· 295
τίς οὐ τέθνηκε, τίνα δὲ καὶ πενθήσομεν
τῶν ἀρχελείων, ὅστ’ ἐπὶ σκηπτουχίᾳ
ταχθεὶς ἄνανδρον τάξιν ἠρήμου θανών;
ΑΓ. Ξέρξης μὲν αὐτὸς ζῇ τε καὶ βλέπει φάος.
ΒΑ. ἐμοῖς μὲν εἶπας δώμασιν φάος μέγα 300
καὶ λευκὸν ἦμαρ νυκτὸς ἐκ μελαγχίμου.
ΑΓ. Ἀρτεμβάρης δὲ μυρίας ἵππου βραβεὺς
στύφλους παρ’ ἀκτὰς θείνεται Σιληνιῶν.
χὠ χιλίαρχος Δαδάκης πληγῇ δορὸς
πήδημα κοῦφον ἐκ νεὼς ἀφήλατο· 305
Τενάγων τ’ ἄριστος Βακτρίων ἰθαιγενὴς
θαλασσόπληκτον νῆσον Αἴαντος πολεῖ.
Λίλαιος Ἀρσάμης τε κἀργήστης τρίτος,
οἵδ’ ἀμφὶ νῆσον τὴν πελειοθρέμμονα
νικώμενοι κύρισσον ἰσχυρὰν χθόνα· 310
πηγαῖς τε Νείλου γειτονῶν Αἰγυπτίου
Ἀρκτεύς, Ἀδεύης, καὶ †φρεσεύης τρίτος
Φαρνοῦχος, οἵδε ναὸς ἐκ μιᾶς πέσον.
Χρυσεὺς Μάταλλος μυριόνταρχος θανών,
ἵππου μελαίνης ἡγεμὼν τρισμυρίας, 315
πυρσὴν ζαπληθῆ δάσκιον γενειάδα
ἔτεγγ’, ἀμείβων χρῶτα πορφυρᾷ βαφῇ.
καὶ Μᾶγος Ἄραβος, Ἀρτάβης τε Βάκτριος,
σκληρᾶς μέτοικος γῆς, ἐκεῖ κατέφθιτο.
Ἄμιστρις Ἀμφιστρεύς τε πολύπονον δόρυ 320
νωμῶν, ὅ τ’ ἐσθλὸς Ἀριόμαρδος Σάρδεσι
πένθος παρασχών, Σεισάμης θ’ ὁ Μύσιος,
22 Promontorio rocoso de Salamina, a la entrada del estrecho.
23 De Bactra, provincia del imperio persa.
24 Salamina (poco antes denominada en el texto Ayante).
25 Ciudad de la Tróade.
¡Odiosa es —sí— Atenas para los que sufrimos esta
desgracia! Tengo, en verdad, derecho a mencionar las
muchas mujeres de Persia que, sin ninguna utilidad, ha
dejado sin hijos y sin maridos.
REINA. 290 — Hace rato que estoy en silencio yo,
infortunada, aturdida por la desgracia, pues este
desastre lo supera todo: no permite hablar ni
preguntar por las desventuras. Sin embargo, es
obligado para los mortales el soportar los
sufrimientos, si los dioses los dan. 295 Pon ante
nuestros ojos todo nuestro infortunio. Cálmate y
habla, aunque te haga llorar la desgracia. ¿Quién
no ha muerto? ¿A qué jefe tendremos que llorar de
entre los designados para el mando? ¿Quién, al
morir, dejó a su tropa sola, desprovista de un héroe
que la mandase?
MENSAJERO. — Jerjes sí que vive y ve la luz del
sol.
REINA. 300 — Has dicho algo que es una gran luz
para mi casa y un blanco día tras una negra noche.
MENSAJERO. — Artembares, el jefe de diez mil
caballeros, chocó contra las ásperas riberas de
Silenias [ ]. Dádaces, 305 que a mil hombres
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mandaba, por un golpe de lanza, saltó de la nave
con un salto brusco. Tenagón, el más valiente noble
de los bactrios [ ], se estrelló contra la isla de
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Ayante batida por las olas. Lileo, Ársames y, el
tercero, Argestes, en torno a la isla criadora de
palomas [ ], en plena confusión,310 fueron
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chocando, uno tras otro, contra la dura tierra.
Lo mismo también el que era vecino de las fuentes
del egipcio Nilo, Farnuco, y los que de una sola
nave cayeron: Arcteo, Adeves, y Feresceves, en
tercer lugar. Matalo (313) de Crisa [ ], que era jefe
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de diez mil guerreros, murió humedeciendo su
barba luenga, cerrada, rojiza, y cambiando (316)
315 el color con un baño purpúreo de sangre.
Árabo, (315) el mago, y Artabes de Bactria, que a
su mando tenía tres millares de jinetes negros,
yacen enterrados en la dura tierra en que
perecieron.
320 Amistris y Anfistreo, blandiendo de continuo
su infatigable lanza. El valiente Ariomardo, que ha