Page 44 - Esquilo - Πέρσαι ♦ Los persas
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νῦν δ’ οὐκ ἀμφιλόγως θεότρεπτα τάδ’ αὖ φέρομεν,               Ahora, en cambio, soportamos nosotros esto, que sin
        πολέμοιο    905                                               duda han  vuelto los dioses en ventaja de los que son
        δμαθέντες μεγάλως πλαγαῖσι ποντίαισιν.                        nuestros enemigos, 905 pues hemos sufrido una magna
                                                                      derrota naval.

          (Entra en escena una carroza de cuatro ruedas, acompañada de un escaso séquito cubierto de harapos. De la carroza
            desciende Jerjes, con vestimenta real, pero andrajosa. Jerjes se dirige hacia el Coro con paso cansado y vacilante.)


        ΞΕΡΞΗΣ                                                        JERJES. — ¡Ay!
        ἰὼ ἰὼ,                                                        ¡Desgraciado de mí porque obtuve este horrible destino
        δύστηνος ἐγὼ στυγερᾶς μοίρας                                  que no pude prever!
        τῆσδε κυρήσας ἀτεκμαρτοτάτης,   910                           910   ¡De qué cruel modo atacó la deidad a la raza persa!
        ὡς ὠμοφρόνως δαίμων ἐνέβη                                     ¡Mísero de mí!, ¿qué sufrimientos me esperan aún?
        Περσῶν γενεᾷ· τί πάθω τλήμων;                                 Pues se me ha aflojado el vigor de las piernas al poner
        λέλυται γὰρ ἐμῶν γυίων ῥώμη.                                  mis ojos en la ancianidad de estos ciudadanos.
        τήνδ’ ἡλικίαν ἐσιδόντ’ ἀστῶν,                                 915 ¡Ojalá, Zeus, que también a mí, junto a los hombres
        εἴθ’ ὄφελεν, Ζεῦ, κἀμὲ μετ’ ἀνδρῶν   915                      que perecieron, un destino de muerte me hubiera
        τῶν οἰχομένων                                                 ocultado!
        θανάτου κατὰ μοῖρα καλύψαι.

        ΧΟ. ὀτοτοῖ, βασιλεῦ, στρατιᾶς ἀγαθῆς                          CORO.  —  ¡Ay, ay, Rey! ¡Ay de nuestro valeroso
        καὶ περσονόμου τιμῆς μεγάλης,                                 ejército, y del grandioso honor del imperio persa! 920 ¡Y
        κόσμου τ’ ἀνδρῶν,  920                                        de la galanura de héroes que una deidad ahora ha segado!
        οὓς νῦν δαίμων ἐπέκειρεν.                                     La tierra llora a la juventud que en ella nació, matada
        γᾶ δ’ αἰάζει τὰν ἐγγαίαν                                      por Jerjes, el que abastece de persas al Hades.
        ἥβαν Ξέρξᾳ κταμέναν, Ἅιδου                                    925 Numerosos varones †persas†  [ ] , la flor del país,
                                                                                                   95
        σάκτορι Περσᾶν· †ἀγδαβάται γὰρ                                acostumbrados a vencer con el arco, una densa miríada
        πολλοὶ φῶτες, χώρας ἄνθος,   925                              de héroes, han perecido.
        τοξοδάμαντες, πάνυ ταρφύς τις                                 ¡Ay, ay! 〈¡Ay, ay!〉 ¡Ay de quienes eran nuestra heroica
        μυριὰς ἀνδρῶν, ἐξέφθινται.                                    defensa! ¡Ya la tierra de Asia, oh Rey de esta tierra, 930
        αἰαῖ αἰαῖ κεδνᾶς ἀλκᾶς,                                       miserablemente dobló su rodilla! ¡Miserablemente!
        Ἀσία δὲ χθών, βασιλεῦ γαίας,
        αἰνῶς αἰνῶς ἐπὶ γόνυ κέκλιται.   930

        ΞΕ. ὅδ’ ἐγών, οἰοῖ, αἰακτός,   [στρ. α.                       Estrofa 1.ª
        μέλεος γέννᾳ γᾷ τε πατρῴᾳ                                     JERJES. — Éste soy yo —¡ay, ay!— un miserable, un
        κακὸν ἄρ’ ἐγενόμαν.                                           ser nocivo  [ ]  para mi raza y para mi patria. Sí. Fui para
                                                                               96
                                                                      ellas una desgracia.

        ΧΟ. νόστου σοι τὰν πρόσφθογγον 935                            CORO. 935 — Como saludo por tu regreso, te envío este
        κακοφάτιδα βοάν, κακομέλετον ἰὰν                              grito de mal agüero, un grito pleno de duelo, propio del
        Μαριανδυνοῦ θρηνητῆρος                                                                    [ ]
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        πέμψω πέμψω, πολύδακρυν ἰαχάν.   940                          mariandino que profiere lamentos   , 940 un grito de
                                                                      dolor con llanto abundante.




       95  En este texto dudoso, en que Page escoge ἀγδαβάται, existe, a nuestro juicio, antonomasia del nombre propio de varón,
       en Persia, Agdabátas.
       96  Nos apartamos de las interpretaciones habituales, y concedemos todo el sentido peyorativo que creemos que aquí tienen
       las palabras αἰακτός y μέλεος.
       97   Los bárbaros mariandinos (PAUS., V 26, 7) habitaban en Bitinia. El Coro los presenta como ejemplo, que  imita, de
       manifestación exaltada del dolor.
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