Page 160 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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156          EL ARTE  JAPONÉS  DE  LA GUERRA

                 Incluso  las personas  que parecen  ser ignorantes  dicen a
              veces  cosas  sabias.  Una vez  un  temible  guerrero  fronterizo
           >.  preguntó  a uno  de sus  compañeros:  «¿Tienes  hijos?»  Este
              respondió  que  no  tenía  ninguno.  Entonces  el primer  gue-
              rrero  dijo:  «En  ese  caso  no  entiendes  la vida.  Debes  ser
              horriblemente  frío.  Sólo  cuando  tengas  hijos,  entenderás
              plenamente  la vida.»
                 Esto  es  ciertamente  verdad.  Si no  es  por  amor  huma-
              no,  ¿cómo  podría  haber  compasión  en  el  corazón  de
              alguien  como  este  guerrero?  Incluso  personas  sin  ningún
              sentido  del deber  hacia  sus  padres  comprenderán  cómo  se
              sentían  éstos,  una  vez  que  tienen  hijos.
                 Las personas  que se  retiran  de la sociedad  para hacerse
              eremitas,  libres  de  las  preocupaciones  del  mundo,  están
              equivocados  al menospreciar  a la gente  con  lazos  y deseos
              terrenales  y que  cultivan  las relaciones  sociales.  Si conside-
              ras  el asunto  desde  el punto  de vista  de esta  gente,  es  real-
              mente  lamentable  que,  por  sus  padres,  esposas  e  hijos,  a
              veces  olviden  incluso  la vergiienza  y puede  que  hasta  ten-
              gan  que  robar.
                 Así pues,  en  lugar de detener  a los ladrones  y de casti-
              gar  simplemente  los  crímenes,  sería  preferible  gobernar  la
              sociedad  de manera  que  esa  gente  no  pasara  hambre y frío.
                 Cuando  las  personas  carecen  permanentemente  de
              medios  de vida, no  pueden tener  estabilidad.  Cuando  están
              desesperadas,  roban.  Cuando  la sociedad  no  funciona  de
              manera  adecuada  y la gente  pasa  hambre  y frío, no  puede
              terminarse  el crimen.

            Muchas  de las enseñanzas  morales  cuyas  huellas  perma-
         necen  impresas  más  o  menos  profundamente  en  los  senti-
         mientos  japoneses  tienen  que  ver  con  las relaciones  y acti-
         tudes  más que con  actos  aislados  en  sí mismos.  El autor  del
         Tsurezuregusa  subraya  la  fuente  emocional  del  sentido
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