Page 166 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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162           EL ARTE  JAPONÉS  DE  LA GUERRA

         Fue entonces  cuando  surgieron escuelas  de zen  tan  conoci-
         das como  la shinshu  y la nichiren.  Una de las características
         más relevantes  del zen  primitivo y de la escuela  shinshu  fue
         su  rechazo  de  la inclinación  materialista  que  el sintoísmo
         había  contagiado  al  budismo.  El  maestro  del  siglo  XIV,
         Muso  Soseki,  uno  de los más  reconocidos  budistas  zen  de
         todos  los tiempos,  fue tal vez  más  expresivo  en  sus  críticas
         a la oración  para conseguir ganancias.  Consejero  de uno  de
         los  cofundadores  del  segundo  sogunado,  Muso  también
         desautorizó  el uso  de la justificación  como  sustituto  de la
         justicia al aplicar el principio  de la guerra  justa:  en  su  famo-
         so  Muchu  Mondo, que sigue siendo  una  de las obras  clásicas
          zen  más  accesibles,  Muso  dice  al hermano  del sogún:

                  El hecho  de que  seas  considerado  ahora  por  la multi-
               tud como  un  líder militar es  totalmente  el resultado  de vir-
               tudes  pasadas.  Sin  embargo,  existen  todavía  personas  que
               se  oponen a ti, y pocos  de tus  súbditos  siguen tu  dirección
               sin egoísmo.  Cuando  veo  esto,  me  parece  que  hay todavía
               en  tu  pasado  falta  de  buenas  causas.  Entonces,  ¿quién
               puede  decir  que  ahora  estás  haciendo  demasiadas  buenas
               obras?
                  Si comparas  tus Obras criminales  con  tus virtudes,  ¿cuá-
               les piensas que son  más numerosas?  ¿Y cuantas  personas  has
               destruido  como  enemigos?  ¿Dónde  irán  sus  familias
               supervivientes  y sus  servidores?  Y no  sólo  la muerte  de tus
               enemigos,  sino  también  la de  tus  aliados  en  la guerra  son
               parte  de tus  faltas.

             Aunque  no  fuera  más  que  por esto,  habría  que admirar
          el valor  de Muso  de hablar  a un  guerrero  de esta  manera,
          dejando  de  lado  que  se  trataba  del  mismo  hermano  del
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