Page 168 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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          las  aperturas  hacia  Occidente.  Entre  los  documentos  más
          extraordinarios  e informativos  de este  proceso  se  encuentra
          un  tratado  escrito  por Suzuki  Shosan  para refutar  la doctri-
          na  cristiana,  que  el sogún  le había  encargado  al surgir una
          insurrección  de  los japoneses  cristianos,  que  fue  violenta-
          mente  aplastada.
             Este  valioso  tratado,  que  es  realmente  mucho  más  in-
          teligente  que  muchos  de  los  escritos  antioccidentales,  no
          es  una  simple  Polémica,  y no  es  más  duro  que  la crítica  de
          Suzuki  al budismo  decadente  de  su  época.  Refleja  asom-
          bro ante  la pobreza de la doctrina  cristiana  en  comparación
          con  la vastedad  del pensamiento  budista,  manifiesta  sorpre-
          sa  ante  la insolencia  y fanatismo  de los misioneros,  y desa-
          credita  lo que  percibe  como  imperialismo  mental  y mate-
          rial.  Como  escrito  pionero  sobre  las  relaciones  exteriores
          del  Japón  premoderno,  es  un  documento  político  y tam-
          bién  un  tratado  religioso  de inestimable  valor.  Hemos  tra-
          ducido  algunos  pasajes,  reproducidos  más  adelante,  que
          tienen  un  extraordinario  interés  por  reflejar  cómo  se  per-
          cibían  recíprocamente  japoneses  y  portugueses  entre  sí,
          y porque  ilustran  la  respuesta  japonesa  a  la  presión  ex-
          tranjera.


               1.  Según lo que  he oído  de las enseñanzas  cristianas,  exis-
                  te  un  gran  Buda  llamado  Deus,  que  es  el único  Buda,
                  dueño  del universo  y señor  de todas  las cosas.  Es el cre-
                  ador  del universo  y de todos  los seres.  Este  Buda  vino
                  al mundo  en  algún país extranjero  para salvar a la gente
                  hace  mil  seiscientos  años.  Se  llamaba  Jesucristo.
                  Ignorantes  de  todo  esto,  dicen,  otros  países  honran  a
                  Amida  Buda  y a  Gautama  Buda,  que  tienen  menos
                  valor, lo cual  es  el colmo  de la insensatez.
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