Page 177 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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BUSHIDO  Y CRISTIANISMO...       173

              Refutación:  Japón  es  un  país del espíritu.  Habiendo
            nacido  en  un  país así, no  honrar  los fulgores  del espíri-
            tu sería  una  inconsecuencia  absoluta.
              Se dice que la armonización  del espíritu con  la mate-
            ria inicia la formación  de la afinidad, mientras  que alcan-
            zar totalmente  la iluminación  en  todos los aspectos  con-
            suma  la salvación  de los seres.  En  consecuencia,  la pri-
            mera  aparición  de los budas  como  espíritus,  que  causó
            su impacto en este  país, fue un recurso  para ablandar los
            corazones  de la gente  e introducirla  en  la Vía de la rea-
            lidad.
              La única diferencia  entre  los espíritus  y Buda es la que
            existe  entre  las olas  y el agua.  El estado  de iluminación
            unificada  del verdadero  despertar  aparece  temporalmen-
            te, según las mentes  de las personas,  para  liberarlas.  Por
            ello, la actitud  de respeto  por los espíritus  es también  un
            gesto de gratitud hacia ese  estado de iluminación  unificada.
              Por  ejemplo,  cuando  respetas  al gobernante  de una
            nación,  es  un  principio  establecido  que  respetes  a todas
            las personas  en  toda  la escala  jerárquica  del gobierno  y
            de  la sociedad.  Esta  es  una  muestra  de  respeto  por  la
            persona  que  está  arriba.  ¿No enseñan  los cristianos  por
            el contrario  que  es  justo  para  los  que  respetan  al que
            está arriba  menospreciar  a los que  están  debajo de él?

       La primera figura del budismo  japonés y héroe  cultural,
    Kukai,  había  alimentado  la idea de que las deidades  nativas
    eran  reflejos locales  de verdades  más cósmicas  representadas
    después  por los budas.  Las deidades  fueron  absorbidas  por
    el budismo  como  ayudantes, guardianes, o incluso  seres  ilu-
    minados,  manifestaciones  de principios cósmicos  en acción,
    Esta  idea  está  muy  bien  desarrollada  en  el sutra  del  orna-
    mento  florido  (Kegon),  que  Kukai  llevó  a  Japón  desde
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