Page 56 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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52 EL ARTE JAPONÉS DE LA GUERRA
Cuando un arquero pierde la conciencia de estar dis-
parando, y dispara en un estado de mente ordinaria, como
si estuviera vacía, el arco deberá estar firme. M utilizar una
espada o montar a caballo, tú no «empuñas la espada» ni
«montas a caballo». Y tampoco «escribes» ni «tocas músi-
ca». Cuando haces cualquier cosa en el estado ordinario de
la mente, si ésta está totalmente vacía, todo sucede con
facilidad y sin trabas.
Cualquier cosa que hagas es tu Camino. Si estás obse-
sionado con éste, o piensas que es lo único importante para
ti, entonces no es el Camino. Es cuando no estás emocio-
nalmente apegado cuando estás en el Camino. Cualquier
cosa que hagas de esta manera, funciona fácilmente.
Existe un proverbio zen que dice: «Esto es, pero silo
fijas, ya no es.» Esto significa que la realidad inmediata es
en sí misma la iluminación, como las enseñanzas zen afir-
man con frecuencia, al menos que el reconocimiento con-
ceptual de que «esto es» sustituya a la experiencia directa,
desencadenando de nuevo el mecanismo de fijación. Por
ello, el símbolo del espejo, que refleja de manera espontá-
nea sin subjetividad y sin retener ninguna imagen, llegó a
utilizarse como ejemplo popular de la mente zen esencial.
Yagyu continúa:
Es lo mismo que todo se refleja claramente en un espe-
jo, precisamente por su cualidad de reflejo clara y sin for-
mas. El corazón de los que están en el Camino es como un
espejo vacío y claro; su mente está vacía pero no por ello
fracasan realizando cualquier cosa.
Esta es la «mente ordinaria». A alguien que hace todo
con esta mente se le llama adepto.
Cualquier cosa que hagas, si mantienes la idea ante ti
de hacerla con la mente concentrada sólo en ella, no serás