Page 94 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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90            EL ARTE  JAPONÉS  DE  LA GUERRA

             cia como  una  fragua  para  templar  cada  día la mente,  libe-
             rándose  de las impurezas,  para  convertirla  en  una  espada-
             mental  pura,  clara y sin resistencias,  que corta  a través  de la
             raíz  mental  de  la ambición  egoísta  y conquista  todos  los
             pensamientos;  así  que  los  que  transitan  la Vía,  están  por
             encima  de todo, sin ser  perturbados  por nada, y no  tienen
             principio  ni fin.
                 Pero  las personas  ordinarias  toman  la ilusión  por reali-
              dad, creando  actitudes  preconcebidas  por la fijación  de las
              apariencias,  originando  así pensamientos  de codicia,  cólera
              e incomprensión.  Habiendo  producido  toda clase de preo-
              cupaciones  psicológicas  y perdido  la  mente  original,  se
              encuentran  con  que  sus  mentes  están  distraídas  y descen-
              tradas,  y son  arrastradas  por  el  primer  pensamiento  que
              surge.  Como  consecuencia,  tienen  mentalidades  perturba-
              das  que  les  producen  sufrimiento.  Carecen  de  confianza
              psicológica;  están  desanimados  y deprimidos,  viviendo  sin
              metas  ni comprensión,  y poniendo  su atención  en  las cosas.
             A esto  se  le llama  la mente  del  hombre  ordinario.

            La distinción  que  hace  el zen  entre  las personas  ordina-
         rias  y las personas  iluminadas  no  está  basada  en  logros  ofi-
       -  ciales,  sino  en  el nivel  de la mente  en  el que  se  anclan  las
         vidas  de cada  día.  Shosan  describe  la mentalidad  del hom-
         bre  ordinario  como  crónicamente  superficial,  atada  a  las
         apariencias  y apegada  a  las  cosas.  Se  considera  que  ésta  es
         una pérdida, o una  alienación  de la autonomía  de la «mente
         original»,  que  la enseñanza  zen  identifica  con  la «naturale-
         za  del Buda».
            La primera  aspiración  del  zen  es  recuperar  la experien-
         cia de la mente  original  a través  de ella  misma.  Desde  esta
         posición,  es  posible ver  a través  de la ilusión  del apego a las
         cosas  superficiales.  Shosan  explica  las  cualidades  prácticas
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