Page 96 - El arte japonés de la guerra : entendiendo la sabiduría de la estrategia
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              minación;  en  caso  contrario  es  muy  difícil  llegar.  Es impo-
              sible  entrar  en  la vía de los budas  con  un  corazón  tibio.  Si
              no  te  proteges  a ti mismo  de manera  segura  y no  te  culti-
              vas  con  esfuerzo,  sufrirás  con  cualquier preocupación  men-
              tal que  se  presente.
                 A los que emplean  un  corazón  firme y una  mente  esta-
              ble para  superar  todos  los obstáculos  se  les llama  personas
              en  la Vía.  A aquellos  cuyos  pensamientos  se  aferran  a  las
              apariencias,  y por  los mismos  sufren  terriblemente  a mer-
              ced de los acontecimientos,  se  les llama  gente  ordinaria.


            La actitud  de Shosan  parece  ser  la típica de un  guerre-
         ro y, de hecho, aportó su experiencia  al entrenamiento  mili-
         tar  y al combate  en  lo referente  a las respuestas  de la psi-
         cología  zen  a  los  problemas  generales  de  la vida  y de  la
         muerte.  Pero  era  muy  cuidadoso  distinguiendo  el «valor»
         requerido  por la mente  independiente  zen,  del  «valor»  de
         los guerreros  asociado a la fuerza  y la violencia.

                  Así, las personas  que  mezclan  el valor  de la ira con  sus
               mentes  preocupadas,  tal vez  tengan  la fuerza  en  algún ins-
               tante  de atravesar  muros  de acero,  pero  llegará un  momen-
               to inevitable  en  el que  la ira se  extinga y el humor  cambie.
               Por el contrario,  un  corazón  firme  es  inalterable  y no  cam-
               bia.  Si los guerreros  lo cultivan,  ¿por qué lo hacen?
                  Si tienen  mentes  preocupadas,  incluso a las personas  de
               gran  valor  marcial  les llega el fantasma  de la impermanen-
               cia  cuando  se  enfrentan  al final  de sus  vidas;  entonces  les
               abandonan  sus  fuerzas  habituales  y su  fiero  valor,  siendo
               incapaces  de reunir  ninguna  energía.


             La distinción  entre  la fiereza  animal  del guerrero  arma-
          do que mata  a los adversarios  y la fiereza  espiritual  del gue-
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