Page 262 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
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258 CONSPIRACION CONTRA ALEJANDRO
él y que, en general, todo el mundo deseaba que cambiaran las cosas; que era
necesario quitar de en medio al rey, odiado de todos, y que antes de tres días tenía
que morir. Nicómaco, temiendo por la vida del rey pero sintiéndose demasiado
tímido para hacer llegar a él, directamente, una noticia tan grave, reveló el infa
me plan a su hermano Cebalino y le exhortó a que lo denunciara cuanto antes.
El hermano se traslada al palacio en que mora el rey; para no llamar la atención,
aguarda a la puerta a que salga uno de los estrategas a quien pueda poner en
antecedentes del peligro que corre Alejandro. El primero a quien ve es Filotas;
le comunica lo que acaba de averiguar y le hace responsable de la inmediata
transmisión del importante mensaje y de la vida del rey. Filotas vuelve junto a
éste y le habla de una serie de cosas indiferentes, sin aludir para nada al peligro
inminente que le amenaza. Por la noche le visita Cebalino para informarse de
lo hecho por él, y Filotas le comunica que no ha podido hacer nada,'pero que lo
hará al día siguiente, pues hay tiempo. Pero al día siguiente, Filotas sigue callando
la importante noticia, a pesar de que ve a solas al rey varias veces en el transcurso
del día. Cebalino empieza a sospechar, se dirige a Metrón, uno de los pajes del
rey, le cuenta lo que ha averiguado y le insta a que le consiga una entrevista
secreta con Alejandro. Metrón le conduce al cuarto de armas del rey, cuenta a
éste durante el baño lo que Cebalino le ha denunciado y lleva al mismo denun
ciante a su presencia. Cebalino confirma y completa el informe, le dice que no
debe culpársele a él del retraso en la transmisión de la denuncia y que, en vista de
la extraña conducta de Filotas y del peligro de una nueva demora, se había atre
vido a dirigirse personalmente al rey. Alejandro le escucha con profunda emoción
y ordena que inmediatamente sea detenido Dimnos. Este, viendo que la conjura
ha sido descubierta y que sus planes han fracasado, se suicida. En seguida es
traído a presencia del rey Filotas, el cual asegura que no dió importancia al
asunto, por creer que se trataba de una bravata de Dimnos sin el menor alcance;
confiesa que le sorprende el suicidio de éste y añade que el rey sabe sobradamente
cuáles son sus sentimientos de lealtad. Alejandro le despide sin exteriorizar la
menor duda acerca de estos sentimientos y le exhorta a que no deje de sentarse
a su mesa, como los demás días. Convoca a un consejo de guerra secreto y da
cuenta en él de lo sucedido. La preocupación de los amigos leales hace que au
menten las sospechas del rey en cuanto a la trabazón de todo aquello y su extra-
ñeza ante la sorprendente conducta seguida por Filotas; ordena que se guarde
el mayor sigilo acerca de lo tratado y que Efestión y Crátero, Coino y Erigió,
Pérdicas y Leonato se presenten ante él a media noche para recibir otras consig
nas. A la hora de la comida se sientan a la mesa del rey sus íntimos, entre ellos
Filotas; los comensales se separan ya bien entrada la noche. A media noche, se
presentan en la cámara regia aquellos generales, acompañados de pocas gentes
de armas; el rey ordena que se refuercen las guardias de palacio y se pongan
retenes en las puertas de la ciudad, sobre todo en las que dan al camino de
Ecbatana; destaca a unos cuantos mandos especiales para detener secretamente
a los que han sido denunciados como complicados en la conspiración y, final