Page 101 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  I


           dado  expuestos,2  ni  siquiera  respetóseles  el  derecho  de
           veto, 3  que  hasta  el  mismo  Lucio  Sila  les  había  dejado  a
           salvo;  4     2  sino que  de  allí a  escasos  siete  días  viéronse
           ya  constreñidos  a  proveer  a  su  seguridad  individual,5
           siendo  que  hasta  los  más  turbulentos  tribunos  de  la  plebe
           de  todos  los  tiempos  no  solían  preocuparse  ni  temer  por
           su  suerte  sino,  en  todo  caso,  una  vez  transcurridos  ocha
            meses  completos  a  partir  de  la ■fecha  en  que  había  de­
                                                        ‘
           clinado  su  magistratura.6              3  En  fin,  recurrióse,  por
           añadidura,  a  aquel  socorrido  decreto  senatorial  llamado
           “inapelable y emergencia”, 7  medida en la que hasta enton­
            ces jamás el gobierno se había precipitado antes, a no ser ya
            prácticamente  en  mitad  del  incendio  de la  urbe  o  so  pre­
            texto de irreparable perturbación del orden  social: 8 “facúl­
            tese  a los  cónsules,  a  los pretores,  a los  tribunos  plebeyos
            y a todo comandante de cuartel suburbano, 9 para que, pro­
            cediendo  a  su  más  entera  discreción,10  garanticen  que,
            ni en lo más mínimo, resienta alteración el orden republica­
            no constitucional vigente.11            4  Todo lo  cual  promulgóse
            por decreto senatorio de  fecha siete de  enero.12                De moda
            que,  una vez  deducido  el  correspondiente  par  de  días  co­
            miciales  feriados,13  en  el  mero  lapso  de  los  otros  cinco
            primeros del  año 14  —que,  a  partir  de aquel  en  que  Lén­
            tulo había  iniciado  su  gestión  consular,15  aún  resultaban
            hábiles  para  sesión  del  senado— 16  habían  sido  ya  toma­
            das  providencias  por  demás  trascendentales  y  violentas,17
            ni  más  ni menos  que  en  agravio,  tanto  del  legítimo  gene­
            ralato  de  César,18  cuanto  de  personajes  de  la  eminente
            categoría  de  los  tribunos  plebeyos  afectados.19                 5  Los
            cuales,  por  lo  demás,  apresúranse  a  huir  de  la  metrópoli,'
            encaminándose  al  encuentro  de  César.20  Encontrábase
            éste,  a  la  sazón,  en  Rávena,21  aguardando  la  respuesta
            correspondiente  a  las  condiciones,  por  demás  razonables,

            que tenía formuladas al gobierno,22  en la esperanza de que
            un final sentido de la equidad humana, por mínimo que fue­
            se,  bien  podría  redundar,  a  fin  de  cuentas,  en  la  pacífica
            solución  del  conflicto. 23


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