Page 271 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  II


          4  Allí comenzó a acopiar trigo, a  fortificar su campamen­
          to,  a acarrear maderamen, y al punto mandó a  Sicilia emi­
          sarios  para  que  le  fuesen  enviadas  las  otras  dos  legiones
          y  el  resto  de  la  caballería.        5  El  Campo  Cornelio  era
          adecuadísimo  para  ir  preparando  la  guerra,  tanto  por  su
          posición  natural1  como  por  las  fortificaciones  dd  sitio
          y  su  proximidad  al  mar  y  por  su  enorme  provisión  de
          agua  y  de  sal,  de  la  que  ésta  ya  había  sido  acumulada
          en  grandes  cantidades,  sacándola de las  salinas  próximas.
          6  Ni la madera de una multitud de árboles, ni el trigo,  del
          que  estaban  repletos  los  campos,  podían hacer  falta.  Y así
           Curión,  con la anuencia  de  toda  su  comitiva,  se preparaba
          para  esperar  sus  demás  fuerzas  y  para  hacer  la  guerra.


             XXXVIII.               1  Realizados tales actos y aprobados tales
          designios,1  Curión  escucha  de  ciertos  tránsfugas  de  la

          ciudad  que  Juba,  llamado  a  una  guerra  de  fronteras  y  de
          controversias  entre los  leptitanos, 2  había  permanecido  en
          su  reino y que Saburra,8  su prefecto, se acercaba a Utica,
          enviado  con  fuerzas  insignificantes.               2  Confiando  con
          ligereza 4  en dichas fuentes, 5  cambia de parecer y dispone
          entablar  combate.  Mucho  ayudó  a  sancionar  tal  asunto,
          la  juventud,  la  magnanimidad,  los  éxitos  recientes  y  la
          propia  confianza  de  Curión  en  hacer  bien  las  cosas.8
          3  Incitado por  todos  estos  motivos,  al  comenzar la  noche
          envía  a  orillas  del  Bagrada  a  toda  su  caballería,  hacia  el
          campamento  enemigo,  que  comandaba  Saburra,  sobre
          el  cual  ya  había  oído  hablar;  pero  el  rey,  con  todas  sus
           fuerzas,  lo  seguía  de  cerca,  y  había  acampado  unas  seis
          millas 7  de  intervalo  con  Saburra.              4  La  caballería  en­
          viada  por  Curión,  realiza  una  caminata  nocturna  y  ataca
          al  enemigo  sorprendido  e  incauto.  Porque  los  númidas,
          siguiendo cierta costumbre bárbara, 8  acampaban sin orden
          ninguno  y  al  mero  azar.            5  Y  sobre  ellos,  abrumados
          por el sueño y disgregados, se lanzan los nuestros al ataque
          y  matan  a  un  gran  número  de  adversarios,  de  los  cuales



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