Page 345 - Guerra civil
P. 345
GUERRA CIVIL III
ligera, así como acercando su artillería y no era fácil
a los nuestros combatir y zapar a un mismo tiempo.
4 César, viendo que los suyos resultaban heridos por todas
partes, ordena retirarse y dejar aquel sitio. La retirada
se realizaba a lo largo de un declive. 5 Entonces el
enemigo se ensañó con mayor porfía, sin permitir a los
nuestros el regresar, porque les parecía que abandonaban
la posición acicateados por el temor. 6 Se cuenta que
en tal oportunidad Pompeyo dijo a los suyos que “no
negaría confesarse un general de pacotilla si las legiones1
de César no se retiraban con el mayor menoscabo de donde
habían avanzado temerariamente,,.
XLVI. 1 César, recelando a propósito de la retirada
de los suyos, ordena que sean llevadas al extremo de la
golina, frente al enemigo, y colocadas contra éste, estacadas,
y que sea construida, dentro de las mismas, por los sol
dados encubiertos, una fosa de regular anchura, así como
obstaculizar el sitio por todas partes, del modo mejor
posible. 2 Él, personalmente, da instrucciones a sus
hombres, situándolos en lugares adecuados, para que se
encarguen del apoyo de los nuestros. Efectuado esto, or
dena que la legión se repliegue. 3 Los pompeyanos,
ante esta circunstancia, empezaron a presionar y a apremiar
a los nuestros del modo más inaudito y osado y echaron
abajo las empalizadas construidas como fortificación, para
poder pasar las fosas. 4 Al advertir lo cual, César,
temiendo que los suyos no pareciesen retirarse sino ser
puestos en fuga y que el daño resultase, por ende, mayor,
exhortando a los soldados por boca de Antonio, que man
daba aquella legión, aproximadamente a mitad de la pen
diente ordena dar, con el clarín, la señal de acometer al
enemigo. 5 Los hombres de la legión novena, puestos
inmediatamente de acuerdo,1 arrojaron a un tiempo sus
lanzas y, desde su posición inferior, precipitándose en
carrera acelerada colina arriba, arremetieron contra los
pompeyanos y los obligaron a volver las espaldas, siéndoles
127