Page 53 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN


          dirigida  precisamente  contra  el  asesino  de  los  catilinarios
          en 63 sin  previo  juicio.  César aprovecha la coyuntura para

          proponer a  Marco  Tulio que  se  marche  con  él  a  la  Galia,
          en  calidad  de  legado  o  lugarteniente,  pero  éste,  por  mera

          vanidad,  declina  el  ofrecimiento.  Entonces  Clodio  queda
          con  la  rienda  suelta,  y  comienza  por  atraerse  a  los  cón­
          sules  en  ejercicio,  proponiéndoles  legislar  para  que,  en
          los mismos términos  de la  Lex  Vatinia, disfruten  de cinco

          años  de  proconsulado:  Pisón  en  Macedonia,  Gabinio  en
          Siria.

             Luego, fuera del pomerium, para que César pueda asistir,
          los  prohombres  del  momento  se  reúnen  a  discutir  y  a
          aprobar  la  ley anticiceroniana:  ambos  cónsules  se  procla­

          man  adictos  a  las  garantías  esenciales  de  la  libertad  de
          los  cives;  Gabinío arremete  contra  la  crueldad  del  senado

          y  de  los  equites,  es  decir,  embiste  a  los  optimates;  Pisón
          aduce,  con  ambigüedad,  que  él  nunca  ha  sido  partidario
          de los  actos  inhumanos;  Pompeyo  se  eclipsa:  Craso había
          delegado  la palabra  en su  hijo,  quien  afirma  que  es  impo­

          sible al jefe de los populares el reconocer la legitimidad del
          senatusconsultum  ultimum,  con  base  en  el  cual  los  catili­

          narios  habían  sido  ejecutados y  masacrados;  y  César,  con
          serenidad  afable,  explica  que,  por  filantropía,  desecha  las
          represalias, pero  que,  habiendo  defendido,  en  su oportuni­

          dad  a  los  catilinarios,  no  podía  ahora  contradecirse.  Des­
          pués  de  esta  discusión,  la rogatio  clodiana,  en los  comicios
          tributos,  adquiere fuerza  de  plebiscito.

              Inmediatamente después,  Clodio promueve otra ley,  indi­
          vidualizando  la  pena  de  Cicerón.  Éste,  justamente  como

           años  antes  lo había  hecho Catilina ante  su  acoso,  sale  fur­

          tivamente  de  Roma  la  noche  del  19  al  20  de  marzo.  En


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