Page 54 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN
su ausencia, los comicios tributos aprueban una rogatio
adicional que dictamina la confiscación de los bienes del
orador y su pena de muerte, si no sale cuanto antes de un
perímetro de setecientos cincuenta kilómetros alrededor
de Roma. Cicerón huye sucesivamente a Vivo, a Turio, a
Tarento, y acaba por embarcarse en Brindisi el 24 de abril,
hacia donde llega el veintitrés de mayo, y en donde per
manece la mayor parte de su exilio. Por su genio presun
tuoso había quedado ridiculizado y deshonrado, como hom
bre político, para siempre.
En la capital, todos temblaban ante el tribunado desafo
rado y violento de Clodio. Éste, en primer lugar, se encar
niza en Cicerón: vende en subasta todos sus bienes, sus
casas de campo y, sobre todo, su quinta de Túsculo, cuyas
obras de arte sustrae el cónsul Gabinio. En cuanto al
domicilio urbano de Cicerón en el Palatino, no sólo es
adjudicado en remate, sino que además se decreta que la
casa será vendida, demolida y arrasada y, a continuación,
es entregada a las llamas, después de que el otro cónsul,
Pisón, la despoja de sus más bellas columnatas. El predio
es entonces vendido en dos partes: una la adquiere Scato,
cliente de Clodio, y la otra la compra el Estado para
consagrarla a la diosa de la Libertad. Y los patres, ante
este reboso de odio, permanecen resignados y callados.
Pasa entonces Clodio a hostigar también a Pompeyo,
atentando contra su estatuto en Oriente, mediante una suma
que recibe del rey gálata Bugitaro; favorece, con tal pro
pósito, la elección al consulado del conservador Publio
Léntulo Spinther y de Quinto Metelo Nepote, enemigo per
sonal de Cneo; se corre luego el rumor de que sicarios
de Clodio esperan, armados, a Pompeyo en el foro, y
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