Page 63 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN
tiempo, pues en torno de él giraron los alegatos de legi
timidad o ilegitimidad de los dos partidos en pugna: el de
Pompeyo, que aceptaron como mal menor los paires, y el
de César, su irreconciliable enemigo.
Pero los partidarios de César, apoyados en el precedente
creado a favor de Pompeyo, solicitaron que se acordara a
Cayo Julio un segundo consulado o una prorrogación de
su proconsulado formalmente: Pompeyo hizo saber que
César le había confiado, por carta, la necesidad de un
sucesor que pusiera fin a su imperium, reconociendo que
sería justo el permitir a César postularse nuevamente
candidato a cónsul en ausencia. Catón atacó con vehemen
cia esta proposición y exigió que César depusiera las armas
y viniera a postularse candidato como simple particular;
ante tal oposición, las solicitudes todas fueron retiradas.
César comprendía que Pompeyo y el senado se iban
uniendo cada vez más en un estrecho vínculo, y se dirigió
a los tribunos de la plebe, a fin de que éstos propusieran
un plebiscito que no lo obligara a dejar prematuramente
su provincia, antes de haber terminado en ella la guerra,
presentando, ausente, su candidatura, y sustrayéndose así
a los procesos que sus enemigos no dejarían de incoarle
como simple particular; de esa manera, simplemente pasa
ría de un cargo público, el de procónsul, a otro, el de
cónsul por segunda vez. De acuerdo con la ley, aún en
vigor, sobre la reelección al consulado, César, que había
sido cónsul en 59, podía volverlo a ser, legalmente, hasta
el 48, presentándose candidato en los comicios de julio
de 49. Pero su proconsulado finalizaba en marzo de 50,
quedando así a la merced, durante quince meses, como
mero particular, de sus enemigos. El único remedio de
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