Page 64 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN
esta perspectiva era la prorrogación de su magistratura
provincial; y como el senado acababa de prorrogar la de
Pompeyo por cuatro años más, sin que acudiera a su
provincia, César no veía la razón de que su gobierno en
la Galia, que él no había descuidado ni dejado en otras
manos, no se prolongara por el tiempo necesario a su
nueva magistratura.
De los nuevos cónsules en ejercicio durante 51, Marco
Claudio Marcelo y Servio Sulpicio Rufo, el primero era
hostil a César, y no sólo se negó sistemáticamente a la
prorrogación de su proconsulado, sino exigió su regreso
inmediato, dándole un sucesor antes del tiempo fijado por
la ley, sobre todo ante los rumores que por entonces
corrieron a propósito de malestar en la Galia y de la
derrota de los cesarianos. Catón apoyó esta pretensión,
pero Pompeyo no, pues adujo que “por tan corto tiempo
no se debía hacer agravio a un ciudadano tan ilustre”;
sin embargo, no ocultó que, al fin de su mandato, debía
dejar César su comandancia.
Aquí viene en ayuda de César Cayo Scribonio Curión,
elegido tribuno de la plebe, y cuyas deudas, evaluadas por
Valerio Máximo, al decir de Walter, en 60 millones de
sestercios, pagó César en adelanto a sus servicios. El
primero de enero de 50 entraron en cargo los nuevos
cónsules: Cayo Claudio Marcello, primo del anterior, y
Lucio Emilio Pablo. Este último, muy endeudado, se dejó
sobornar por mil quinientos talentos, y se comprometió
a callar y a no emprender nada contra César. En cuanto
al primero, tenía revanchas familiares con César, y lo obs
taculizó y atacó rudamente*
El primero de marzo de 50, Marcelo, pues, consideró
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