Page 69 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN


           febrero  de  48.  Marco  Antonio,  su  lugarteniente,  logra

           desembarcar  en  el  Ilirium  el  resto  de  las tropas  y  César
           bloquea  a  Pompeyo  en  las  inmediaciones  de  Dirraquio,
           impidiéndole  todo  aprovisionamiento  por  tierra,  aunque
           dejándole  el  mar  abierto;  hasta  que  Pompeyo  acierta  a

           romper  las  líneas  del  cerco  y  los  cesarianos  sufren  una
           grave  derrota,  que  les  obliga  a  la  retirada  hacia  el  inte­
           rior  de  la  comarca.

              Escipión,  que  llegaba  del  Asia  a  Macedonia,  hace  todo
           lo  posible  por  unir  sus  fuerzas  a  las  pompeyanas,  lo  que

           logra  en  la  ciudad  de  Larissa;  pero  César  también  une
           todas sus tropas en  las  inmediaciones de Farsalia.  Aunque
           Pompeyo, con  su  experiencia  de comandante, quería  dejar

           que se gastaran poco a poco las fuerzas de César, su estado
           mayor, y los magistrados y senadores que lo acompañaban,
           lo  instan  para  que  presente  batalla  formal.  Cneo,  sin  el

           carácter  necesario  para  oponérseles,  entabla  combate  con
           César,  con  el  desastroso  resultado  de su  derrota  total, que
           le  costó  quince  mil  hombres  muertos  y  veinticinco  mil

           prisioneros,  y  su  huida  a  Egipto,  donde  lo  sigue  César  y
           es muerto  por los sicarios de Tolomeo XIV.  Todo lo  ante­
           rior, y  los  comienzos  de  la  guerra de  Alejandría es lo que

           integra  el  contenido  del  Bellum  Civile.

              Sus libros I y  II  están  consagrados a la campaña  de 49,
           y el III a la del 48;  y todos ellos tienden a una justificación
           de  sus  actos  en  la  lucha  fratricida  que  se  desencadenó
           por  el  poder,  entre  el  principatus  de  Pompeyo  y  la  dic­

           tatura de  César.  Resaltan  en  ellos  todos  los elementos que
           podían  dar  razón  a  su  causa.  Los  oligarcas  se  pusieron

           a  las  órdenes  de  Pompeyo  porque  éste  representaba  para
           ellos  el  menor  peligro.  César,  en  cambio,  significaba  el



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