Page 72 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN

            por  sus  páginas  son  presentados  invariablemente  como

            antipáticos  e  incapaces.  Y  todo  ello  con  una  ironía  muy
            fina  y  del  mejor  cuño.

               El estilo  del De Bello  Civili no  es  diferente del  De Bello
            Gallico:  presenta  la  misma  sobriedad,  la  misma brevedad;

            no  se  desarrolla  en  largos  periodos;  carece  de  imágenes,
            comparaciones y metáforas.  Lo  que  más llega  a  permitirse
            César  son  aliteraciones,  anáforas,  antítesis;  y  el  pleonas­
            mo  no  proporciona  a  su  decir  énfasis,  sino  simplicidad.

            El  tono  es  unido,  frío,  impersonal,  y  eso  agrega  una  ma­
            yor  impresión  de  la  verdad,  que  se  desprende  de  la  es­

            tructura  misma  de  la  obra;  el  autor  parece  desdeñoso  de
            todo  rebuscamiento,  de  toda  afectación.  Y,  sin  embargo,
            ¿hasta  qué  punto  esta  simplicidad  no  es  ella  misma  una
            afectación?  César  parece  dejar  hablar  a  los  hechos,  sin

            poner  nada  de  su  parte;  es  el  estilo  impersonal  el  que  a
            Cayo  Julio le convenía mejor que a cualquier otro:  su  sim­

            plicidad  es  voluntaria.  La  pureza  del  vocabulario  es  otra
            de  sus  características:  elige  las  palabras  de  una  manera
            rigurosa:  nada  de  arcaísmos,  nada  de  poesía,  de  vulga­

            rismos o  extranjerismos;  pureza en la  sintaxis  y al mismo
            tiempo  cercanía  muy  próxima  al  habla  corriente.  Del
            Bellum  Civile  se  puede  afirmar  que  es  un  gran  borrador

            en que ciertas  partes  llegan a  la  perfección, mientras  otras
            permanecen  esbozadas  a  grandes  rasgos.

               No  obstante,  en  el  desarrollo  del  Bellum  Civile,  son de
            notarse  ciertos  episodios  o  pasajes  en  que  el  autor  escapa

            a  la  anterior  caracterización  de  su  obra,  como  en  el  x lv ,
            5  del  libro  III,  donde  hay  indicio,  no  sólo  de  viva­
            cidad  estilística,  sino  de  una  particular  concentración  del

            narrador  sobre el  argumento que de más  cerca  le  interesa;



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