Page 434 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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XLII.  (1)  Ab  hac  spe  repulsi  Nervii *  vallo  pedum
         X  et  fossa pedum  xv  hiberna cingunt.  (2) Haec  et  supe­
         riorum annorum consuetudine ab nobis cognoverant et,
         quosdam  de  exercitu  nacti  captivos,  ab  his  doceban­
         tur:  (3)  sed,  nulla  ferramentorum  copia  quae  essent
         ad hunc usum idonea, gladiis cespites circumcidere, ma­
         nibus  sagulisque  terram exhaurire  cogebantur.  (4)  Qua
         quidem ex  re hominum multitudo cognosci potuit: nam
         minus  horis  tribus  milium pedum  xv  in  circuitu muni­
         tionem  perfecerunt.  (5)  Reliquis  diebus  turres  ad  alti­
         tudinem  valli,  falces  testudinesque,  quas  idem  captivi
         docuerant,  parare  ac  facere  coeperunt.
            XLIII.  (1) Septimo oppugnationis die, maximo coorto
         vento, ferventes fusili ex argilla glandes fundis et ferve­
         facta iacula in casas, quae more Gallico stramentis erant
         tectae,  iacere  coeperunt.  (2)  Hae  celeriter  ignem  com­
         prehenderunt et venti magnitudine in omnem locum cas-






           XLII.  (1)  Los  nervios,  perdida  esta  esperanza,  cercan  el  campamento
         con un vallado de diez pies y un  foso de quince. (2) Esto lo habían aprendido
         de los nuestros con el  trato de los años anteriores y, además,  tenían algunos
         cautivos  del  ejército que  les  daban  instrucciones;  (3)  pero,  siendo absoluta
         su  carencia  de  herramientas  apropiadas  para  este  trabajo,  se veían  obliga­
         dos  a  cortar  los  céspedes  con  las  espadas  y  a  acarrear  la  tierra  con  las
         manos  y  en  sus  ropas.  (4)  De  lo  cual  se  pudo  deducir  el  gran  número  de
         hombres:  pues en  menos de  tres horas dejaron  terminada una fortificación
         de quince  mil  pies  en  circuito.  (5)  En  los  días  siguientes  fueron  levantando
         torres  de  la  misma  altura  que  nuestro  vallado  y  fabricando  hoces  y  tortu­
         gas,  lo  cual  habían  aprendido  también  de  los  cautivos.
           XLIII.  (1) Al  séptimo día de asedio, habiéndose levantado un viento for-
         tísimo,  comenzaron  a  disparar  con  hondas  bolas  de  arcilla  ardiente y  dar­
         dos  inflamados  contras  las  barracas,  que  estaban  cubiertas  de  colmo,  a  la
         usanza  gala.  (2)  Prendió  el  fuego  rápidamente  en  éstas  y,  por  la  fuerza  del
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