Page 484 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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cisci  iubet,  ne  quis  aut  ex  huius  iracundia  aut  ex  eo
          quod  meruerat  odio  civitatis  motus  existât.  (3)  His  re­
          bus  constitutis,  quod  pro  explorato  habebat  Ambiori­
          gem * proelio non esse contenturum, reliqua eius consi­
          lia  animo  circumspiciebat.  (4)  Erant  Menapii *  propin­
          qui  Eburonum *  finibus,  perpetuis  paludibus  silvisque
          muniti,  qui  uni  ex  Gallia  de  pace  ad  Caesarem  legatos
          numquam miserant. Cum his esse hospitium Ambiorigi *
          sciebat;  item per Treveros *  venisse Germanis in amici­
          tiam  cognoverat.  (5)  Haec  prius  illi  detrahenda  auxilia
          existimabat quam ipsum bello lacesseret, ne,  desperata
          salute, aut se in Menapios *  abderet aut cum Transrhe­
          nanis  congredi  cogeretur.  (6)  Hoc  inito  consilio,  totius
          exercitus impedimenta ad Labienum * in Treveros * mit­
          tit  duasque  ad  eum  legiones  proficisci  iubet;  ipse  cum
          legionibus  expeditis quinque in Menapios proficiscitur.
          (7) Illi,  nulla coacta manu,  loci praesidio freti,  in  silvas
          paludesque  confugiunt  suaque  eodem  conferunt.





          blevación  que  pudiera  producirse  o  por  la  irritación  de  éste  o  por el  odio
          que se había granjeado en  su  pueblo.  (3) Arregladas estas cosas,  dando por
          seguro  que  Ambiórix  no  aceptaría  batalla,  trataba  de  indagar  cuáles  po­
          drían ser sus planes. (4) Los  menapios, próximos a las fronteras de los ebu-
          rones  y  defendidos  por pantanos  y  bosques  ininterrumpidos,  eran  los  úni­
          cos  de  la  Galia  que nunca  habían  enviado  a  César emisarios  de  paz.  Sabía
          que Ambiórix  tenía con ellos vínculos de hospedaje y,  asimismo, que había
          trabado  amistad  con  los  germanos  por  mediación  de  los  tréveros.  (5)  Le
          parecía que,  antes  de hacerle directamente  la guerra,  debía  privarlo de es­
          tos  recursos,  para  evitar  que,  desesperado,  o  bien  se  refugiara  entre  los
          menapios o se viera obligado a  unirse con  los  trasrenanos. (6) Tomada esta
          determinación,  envía los bagajes de todo el ejército a Labieno,  al  territorio
          de  los  tréveros,  con  dos  legiones  que deben  ponerse a  sus  órdenes:  él,-/por
          su parte,  marcha contra los menapios con cinco legiones armadas a la lige­
          ra.  (7)  Estos,  que,  fiados  en  la  fortaleza  del  sitio,  no  habían  reunido  tropa
          alguna,  huyen  a  los  bosques  y  pantanos,  y  se  llevan  allí  todo  lo  suyo.
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