Page 610 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
P. 610

VIII.    (1) His rebus comparatis, represso iam Lucte-
         rio  et  remoto,  quod  intrare  intra  praesidia*  periculo­
         sum putabat, in Helvios proficiscitur. (2) Etsi mons Ce-
         venna, qui Arvernos ab Helviis discludit, durissimo tem­
         pore  anni,  altissima  nive  iter  impediebat,  tamen,  dis­
         cussa nive sex in altitudinem pedum atque ita viis pate­
         factis, summo militum labore ad fines Arvernorum per­
         venit.  (3)  Quibus  oppressis  inopinantibus,  quod  se  Ce-
         venna  ut  muro  munitos  existimabant,  ac  ne  singulari
         quidem  umquam  homini  eo  tempore  anni  semitae  pa­
         tuerant, equitibus imperat ut quam latissime possint va­
         gentur  et  quam  maximum  hostibus  terrorem  inferant.
         (4) Celeriter haec fama ac nuntii ad Vercingetorigem per­
         feruntur;  quem perterriti omnes  Arverni circumsistunt
         atque obsecrant ut suis fortunis consulat neu se ab hos­
         tibus  diripi  patiatur,  praesertim  cum  videat  omne  ad
         se bellum translatum.  (5) Quorum  ille  precibus permo­
         tus,  castra  ex  Biturigibus  movet  in  Arvernos  versus.




           VIII.   (1)  Tomadas estas  medidas,  reprimido ya y alejado  Lucterio,  por
         considerar  peligroso  adentrarse  por  medio  de  las  guarniciones,  César  se
         dirige al  país  de  los  helvios. (2)  Aunque  el monte Cevena, que  separa a los
         arvernos de los helvios, siendo entonces la época más dura del año y estan­
         do cubierto de nieve muy espesa, le estorbaba el paso, sin embargo, quitan­
         do una capa de nieve de seis pies y abriéndose camino de este modo, llega,
         con grandísima fatiga de los soldados, al país de los arvernos. (3) Habiéndo­
         los cogido desprevenidos, pues  se creían resguardados por el Cevena como
         por un muro, ya que en esta estación del año nunca habían estado abiertos
         sus  caminos  ni  siquiera para un  hombre  solo,  manda a  los  jinetes  que  ex­
         tiendan  sus correrías cuanto puedan y que infundan a los enemigos  el  ma­
         yor terror posible. (4) Rápidamente llega a Vercingetorix la noticia de estos
         sucesos,  confirmada  por  mensajeros:  rodéanle  todos  los  arvernos,  aterra­
         dos, y le suplican que mire por sus fortunas y no permita que sean saquea­
         dos  por  los  enemigos;  pues  bien  puede  ver  que  toda  la  guerra  se  dirige
         ahora  contra  ellos.  (5)  Movido  él  por  sus  ruegos,  levanta  el  campamento
         del  país  de  los  bitúriges  y  se  dirige  al  de  los  arvernos.
                                  24
   605   606   607   608   609   610   611   612   613   614   615