Page 638 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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bere victoria posset, quae iam esset sibi atque omnibus
Gallis explorata; quin etiam, ipsis remittere, si sibi ma
gis honorem tribuere quam ab se salutem accipere vi
deantur. (8) Haec ut intellegatis, inquit, a me sincere pro
nuntiari, audite Romanos milites. (9) Producit servos,
quos in pabulatione paucis ante diebus exceperat et fa
me vinculisque excruciaverat. (10) Hi, iam ante edocti
quae interrogati pronuntiarent, milites se esse legiona
rios dicunt; fame et inopia adductos, clam ex castris*
exisse, si quid frumenti aut pecoris in agris reperire pos-
sent; (11) simili omnem exercitum* inopia premi, nec
iam vires sufficere cuiusquam nec ferre operis laborem
posse: itaque statuisse imperatorem*, si nihil in oppug
natione oppidi profecissent, triduo exercitum deducere.
(12) Haec, inquit, a me, Vercingetorix, beneficia habetis,
quem proditionis insimulatis; cuius opera, sine vestro san
guine, tantum exercitum victorem fame consumptum vi
detis, quem, turpiter se ex fuga recipientem, ne qua ci
vitas* suis finibus recipiat a me provisum est.
él como todos los galos daban ya por segura: más áun, que estaba dispuesto
a resignarlo en ellos, si se imaginaban hacerle un honor más bien que reci
bir de él la salvación. (8) «Para que veáis», dijo, «que hablo sinceramente,
oíd a los soldados romanos». (9) Saca unos esclavos que pocos días antes
había hecho prisioneros mientras andaban forrajeando, y que había exte
nuado con el hambre y las cadenas. (10) Éstos, instruidos de antemano acer
ca de lo que debían contestar cuando se les preguntara, dicen ser soldados
legionarios: que, incitados por el hambre y la miseria, habían salido a es
condidas del campamento, por ver si en los campos podían encontrar algún
trigo o ganado: (11) que todo el ejército se veía reducido a la misma miseria,
y que ya nadie tenía fuerzas ni podía soportar la fatiga de los trabajos:
que, en vista de ello, el general había resuelto, si no tenían algún éxito en
el cerco de la ciudad, retirar el ejército a los tres días. (12) «Todo esto»,
dice entonces Vercingetórix, «me lo debéis a mí, a quien acusáis de traidor:
a mí, por cuyas medidas, sin derramar sangre vuestra, veis un ejército, an
tes tan poderoso y vencedor, casi muerto de hambre; al cual, cuando huya
vergonzosamente, ningún pueblo recibirá en su territorio, gracias a mis
diligencias».
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