Page 114 - La Constitución de los atenienses
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INTRODUCCIÓN



         ¿Qué  más  eficaz que decir  “saludar de mano”  para expresar,

         en este contexto,  el sometimiento de quien saluda?  Lo poéti­

         co,  desde el punto  de vista retórico,  no  existe en cuanto  tal;

         lo  que  existe  es  la  fuerza persuasiva  del  lenguaje.  Leduc  se

         preocupa demasiado  por demostrar que el autor en  realidad


         no se preocupa por el estilo.  Para el Anónimo el estilo no era

         el  fin  sino  un  medio  de  persuasión,  lo  mismo  que  para

         Aristóteles  (sobre otras metáforas como γη νοσεί,  en II  6, cf.

         Treu  1966:  col.  1978).

             A pesar de ello se ha observado que la lengua del autor de

         la  Constitución de los atenienses es el ático teñido de jonismos

         y  arcaísmos  literarios  de  los  que  se  sirve  para crear  un  “len­

         guaje  culto  y  elevado”.  En  ello  se  asemeja  a  los  autores  del

         último cuarto del siglo v, en particular a Tucídides (cf. Caba­

         llero López,  1982: 72). A ese estilo arcaizante se suman tam­

         bién  vocablos  con  acepciones  propias  del  siglo  IV,  como

         διαλανθάνω con el sentido de “pasar desapercibido”  (II 20),

         o διαδικάζω  (III 4,  5  y 6). Así,  en nuestro  texto  existen  ele­

         mentos  simples del lenguaje natural y elementos  estilísticos,

         literarios, lingüísticos, etcétera, todo lo cual responde al sim­


         ple fin  de persuadir a los destinatarios.

             Es  evidente que el estudio  del aspecto  estilístico  es  mu­

         cho  más  amplio  que  el  que  aquí presentamos,  pero  baste

         lo  dicho  para  poner  de  manifiesta  la  utilidad  retórica  de

         ese medio  de persuasión  relativo  al  carácter del  orador y a

         la  emoción  del  público  (sobre  la  lengua  y  el  estilo,  cf.

         también Treu  1966:  coll.  1976-1979).




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