Page 35 - Alejandro Casona
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ISABEL, MAURICIO, HELENA, BALBOA

                  HELENA.
                  ¿Todo resuelto?

                  MAURICIO.
                  Todo; la señorita se queda con nosotros.

                  HELENA.
                  ¡Por fin! Felicitaciones.

                  MAURICIO.
                  Déle la habitación sobre el jardín y preséntela a todos. Va a empezar
                  mañana mismo.

                  HELENA.
                  A sus órdenes. Por aquí, señorita.  (Se dirige a primera izquierda.
                  Isabel estrecha las manos al señor Balboa.)

                  ISABEL.
                  Encantada, señor. ¡Ha sido un secuestro maravilloso!

                  MAURICIO.—(Deteniéndola cuando llega a la puerta.)  Un momento,
                  compañera; primer ensayo. Ahí, el baldío; aquí, la reja. A ver.

                  ISABEL.—(Sonríe feliz.)
                  ¿Así?

                  MAURICIO.
                  Así. Muchas gracias.  (Isabel sale sin dejar de mirarle y sonreír.
                  Mauricio queda un momento con la  mano en alto, detenido en el
                  saludo. Parece que, contra sus teorías, la sonrisa le ha inquietado
                  extrañamente. Trata de hojear unas carpetas distraído, silbando
                  entre dientes, pero sus ojos vuelven a la puerta. El señor Balboa tose
                  ostensiblemente para llamar su atención. Mauricio se vuelve
                  bruscamente.)



                                                  MAURICIO y BALBOA

                  MAURICIO.
                  Oh, perdón, se me había olvidado. ¿Señor?...

                  BALBOA.
                  Balboa. Fernando Balboa.
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