Page 48 - Alejandro Casona
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ABUELA, GENOVEVA, MAURICIO, BALBOA, ISABEL

                  ABUELA.
                  ¡Mauricio!...

                  MAURICIO.
                  ¡Abuela!...

                  ABUELA.
                  ¡Por fin!...  (Se estrechan fuertemente. La Abuela lo besa, lo mira
                  entre     risa   y    llanto,    vuelve     a    abrazarlo.     Mauricio      deriva
                  inmediatamente la situación hacia un tono jovial.)

                  MAURICIO.
                  ¿Quién había dicho que estaba débil mi vieja? Todavía hay fuerza en
                  estas manos tan delgadas. (Se las besa.)

                  ABUELA.
                  Déjame que te vea. Mis ojos ya no me ayudan mucho, pero,
                  recuerdan, recuerdan.  (Le contempla largamente.)  ¡Qué cambiado
                  estás mi muchachote!

                  MAURICIO.
                  Son veinte años, abuela. Una vida.

                  ABUELA.
                  ¡Qué importa ya! Ahora es como volver a abrir un libro por la misma
                  página. A ver... Un poco más claros los cabellos.

                  MAURICIO.
                  Algunos se habrán perdido por ahí lejos.

                  ABUELA.
                  La voz más hecha, más profunda. Y sobre todo, otros ojos... tan
                  distintos... pero con la misma alegría... A ver, ríete un poco.

                  MAURICIO.—(Riendo.)
                  ¿Con los ojos?

                  ABUELA.
                  ¡Así! Esa chispita de oro es lo que yo esperaba. La misma de
                  entonces; la que me hacía perdonártelo todo... y tú lo sabías,
                  granuja.

                  MAURICIO.—(Tranquilizado.)
                  Menos mal que algo queda.
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