Page 104 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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que Ulises y sus marineros han sido proyectados por aque
lla terrible tormenta es exactamente lo contrario del mun
do humano normal. Tan pronto como la tormenta se cal
ma, los griegos descubren una orilla, y abordan esa tierra
de la que no saben nada. Para enterarse de quiénes la ha
bitan, y también para avituallarse, Ulises selecciona unos
cuantos marineros que envía a modo de avanzadilla, a fin
de tomar contacto con las gentes del país. Son recibidos
con una extrema amabilidad. Los indígenas se deshacen
en sonrisas. Ofrecen a los navegantes extranjeros compar
tir inmediatamente con ellos su alimentación habitual.
Ahora bien, los habitantes de ese país son los lotófagos,
los comedores de lotos. De la misma manera que los
hombres se alimentan de pan y vino, ellos comen una
planta exquisita, el loto. Si un humano ingiere este deli
cioso alimento, lo olvida todo. Ya no se acuerda de su pa
sado y pierde cualquier noción de quién es, de dónde vie
ne y adonde va. El que come el loto deja de vivir como los
hombres, con el recuerdo del pasado y la conciencia de lo
que es.
Cuando los enviados de Ulises vuelven al lado de sus
compañeros, se niegan a hacerse a la mar y son incapaces
de contar lo que les ha ocurrido. Están, en cierto modo,
anestesiados por una especie de felicidad que paraliza
cualquier remembranza. Sólo desean quedarse donde es
tán, en el estado en que se encuentran, sin ataduras ni pa
sado, sin proyectos, sin ganas de volver a su tierra. Ulises
hace que los obliguen a embarcarse y ordena zarpar. Pri
mera etapa, por tanto: una tierra que es el país del olvido.
En el curso del largo periplo que seguirá, en todo mo
mento, el olvido, el desvanecimiento del recuerdo de la
patria y el deseo de volver a ella, es lo que, en el trasfondo
de todas las aventuras de Ulises y de sus compañeros, re
presenta siempre el peligro y el mal. Estar en el mundo
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