Page 107 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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la pared rocosa, destroza sus cabezas y se los traga crudos.
Los restantes marineros quedan paralizados de terror y
Ulises se pregunta en qué lío se ha metido. Y más tenien-
do en cuenta que no alberga la menor esperanza de salir,
pues, para pasar la noche, el Cíclope ha cerrado la entrada
de su antro con una enorme roca que ni siquiera un ejér
cito de hombres forzudos conseguiría desplazar. Al día si
guiente, se repite la misma historia: el Cíclope devora a
otros cuatro marineros, dos por la mañana, y dos por la
noche. Ya ha engullido a seis, la mitad de la tripulación.
El Cíclope está encantado. Cuando Ulises intenta engatu
sarlo con unas palabras especialmente melifluas, se esta
blece entre ellos cierta forma de hospitalidad. Ulises le
dice: «Voy a hacerte un regalo que creo que te llenará de
satisfacción.» Y se inicia un diálogo, en el transcurso del
cual se esboza una relación personal, una relación de hos
pitalidad.
El Cíclope se presenta: se llama Polifemo. Es un hom
bre que habla mucho y goza de gran fama. Pregunta a Uli
ses cuál es su nombre. Para establecer una relación de hos
pitalidad, es habitual que cada uno cuente al otro quién
es, de dónde viene, quiénes son sus padres y cuál es su pa
tria. Ulises le indica que se llama Utis, es decir, «Nadie».
Le dice: «El nombre que me dan amigos y parientes es
Utis.» Hay aquí un juego de palabras: tanto útis como me
tis significan «nadie» en griego, pero métis, con una leve
diferencia de pronunciación, significa «astucia». Está claro
que cuando se habla de métis, pensamos al punto en Uli
ses, que es, precisamente, la personificación de la astucia,
la capacidad de encontrar salidas a lo inextricable, mentir,
engañar a la gente, contar embustes y salir airoso de cual
quier situación «¡Útis, “Nadie”», exclama el Cíclope, «ya
que eres “Nadie”, también yo voy a hacerte un regalo, te
comeré el último!» Ulises le da su regalo, unas ánforas de
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