Page 110 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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sodio  nace  su  voluntad,  que  domina  todas  las  aventuras
          posteriores  de  Ulises,  de  que  éste  sea  empujado  al  límite
          extremo de las tinieblas y la muerte y que sus experiencias
          sean  lo  más  terribles  posible.  Como  explica  más  adelante
          Atenea,  la gran protectora  de Ulises,  el hecho de  que  Po­
          seidón  no  pueda  aceptar  el  daño  que  ha  sido  hecho  a  su
          hijo el Cíclope impide intervenir a la diosa, que no puede
          aparecer  hasta  el  final,  al  término  de  las  peregrinaciones
          de Ulises, cuando esté ya casi rendido. ¿Por qué? Porque el
          hecho de haber arrojado  el ojo de Polifemo a las tinieblas,
          de haberlo cegado,  tiene como consecuencia que Ulises,  a
          su vez,  se tropiece en su camino  con  todo  lo que es  tene­
          broso, oscuro y siniestro.




          IDILIO  CON  CIRCE

              La nave se aleja de  la morada de  Polifemo y llega a la
          isla de Eolo. Es uno de esos lugares que encuentra Ulises y
          que algunos  han  querido  localizar,  pero  que,  precisamen­
          te,  tienen  la característica de no  ser localizables.  La isla de
          Eolo  está completamente aislada y rodeada de una  mura­
          lla de elevados peñascos,  como  un cerco circular de bron­
          ce. Allí es donde vive Eolo con su familia, sin ningún con­
          tacto  con  nadie.  Así  pues,  los  eólicos  se  reproducen  a
          través  del  incesto,  siguiendo  un  sistema  matrimonial  en-
          dogámico. Viven  en soledad  total,  un aislamiento  absolu­
          to. La isla es el lugar de orientación de las rutas marítimas,
          el  nudo  en  el  que se concentran  todas las  direcciones  del
          espacio acuático.  Eolo es el dios de los vientos,  que, según
          soplen de un lado o de otro, abren o cierran, y a veces em­
          brollan y confunden,  los caminos del  mar.  Acoge a Ulises
          con gran hospitalidad y amabilidad,  dado que es un héroe
          de  la  guerra  de  Troya,  uno  de  los  que  cantará  la  litada.

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