Page 114 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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Ulises y sus restantes compañeros,  que aguardan el re­
           greso de los ojeadores,  comienzan a preocuparse.  Ulises se
           adentra entonces, a su vez, en el interior de la isla para ver
           si descubre a alguno.  Hermes, el dios astuto y taimado, se
           le  aparece  de  repente y le  cuenta lo  que  ha  ocurrido.  «Es
           una hechicera,  ha convertido a tus hombres en cerdos,  se­
           guramente piensa  ofrecerte  la  misma poción  pero  te  daré
           un antídoto que te permitirá escapar de la metamorfosis y
           seguir  siendo  el  que  eres.  Seguirás  siendo  el  Ulises  de
           siempre,  conservarás  tu  aspecto  humano.»  Hermes  le  en­
           trega a continuación una ramita. Ulises regresa a anunciar
           a sus  compañeros su decisión de ir a ese lugar, y todos in­
           tentan  disuadirlo:  «¡No vayas!  ¡Si  los  otros  no  han vuelto,
           es porque  han  muerto!»  «No»,  dice  Ulises,  «voy a  liberar­
           les.»  De  modo  que se  traga el  antídoto que  Hermes le ha
           entregado y se dirige a la casa de la maga.  Esta hace entrar
           inmediatamente a Ulises, que lleva su espada al cinto. Cir­
           ce le hace sentarse en una hermosa silla dorada.  El no hace
           ninguna  alusión  a  sus  compañeros  y  le  sigue  el  juego
           cuando va  a  buscar  la  poción  para dársela a beber.  Ulises
           bebe mientras Circe lo contempla, pero no se convierte en
           cerdo,  sigue  siendo  Ulises,  que  la  mira  con  una  amable
           sonrisa  antes  de  sacar  su  espada  y saltar sobre  ella.  Circe
           comprende  lo  ocurrido y le dice:  «¡Eres  Ulises!  Sabía  que
           contigo  no funcionaría mi hechizo,  ¿qué deseas?»  «En pri­
           mer lugar, libera a mis compañeros», le exige.
               Esta  extraña  competición  entre  una  hechicera,  tía  de
           Medea,  y Ulises -y,  a través de él,  Hermes, dios hechicero
           y autor de fantasmagorías- termina en  un empate,  lo que
           hará  que se  llegue,  finalmente,  a  una  especie  de  acuerdo.
           Ulises y Circe vivirán  una  historia de  amor muy dichosa.
           Pero,  en  primer  lugar,  hay  que  liberar  a  los  compañeros.
           ¿Por  qué  Circe  los  ha  convertido  en  cerdos?  Es  la  suerte
           que  reserva  para  todos  los  viajeros  que  llegan  a  su  isla.

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