Page 152 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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griega, una relación mucho más íntima, más personal,
más próxima, Dioniso establece con su devoto una especie
de relación cara a cara. Hunde su mirada en la de su devo
to y éste fija sus ojos hipnotizados en la figura y la másca
ra del dios. Al mismo tiempo que manifiesta esta proximi
dad con el mundo, tal vez sea el dios más alejado de los
humanos, el más inaccesible y misterioso, aquel que es
imposible asir, imposible situar en un marco. Podemos
decir de Afrodita que es la diosa del amor, de Atenea que
es la diosa de la guerra y el saber, de Hefesto que es un
dios artesano, herrero. A Dioniso, en cambio, no pode
mos encasillarlo. Está a la vez en todas las casillas y en
ninguna, presente y ausente al mismo tiempo. Las leyen
das relativas a él adquieren un sentido especial cuando se
piensa en esa tensión entre el vagabundeo, el nomadismo,
el hecho de estar siempre de paso, de camino, viajero, y el
hecho de buscar una sede permanente, en la que esté a sus
anchas y estable, en la que, más que aceptado, haya sido
elegido.
EUROPA VAGABUNDA
Esta historia comienza con un personaje que ya ha
sido evocado: Cadmo, primer soberano de Tebas. Cadmo,
héroe fundador de esa gran ciudad clásica, es, en realidad,
un extranjero, un asiático, un fenicio, llegado de muy le
jos. Es hijo de Agenor, rey de Tiro y de Sidón, y Telefasa.
Son personajes del Próximo Oriente, de la actual Siria.
Esta pareja real tiene una serie de hijos: Cadmo, sus her
manos Félix, Cílix y Taso, y una hija, Europa, de la que
toma nombre nuestro continente.
Europa es una deslumbrante doncella que juega en la
playa de Tiro con sus compañeras. Zeus, desde lo alto del
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