Page 157 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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través de los  Espartoi y su linaje de  «nacidos  de la tierra»,
          de gegenés.
              Pero  Harmonía,  a través  de  su  madre,  Afrodita,  es  la
          diosa de  la  unión,  los  acuerdos  y  la reconciliación. Todos
          los  dioses  acuden  a  la  ciudadela  de  Tebas  para  celebrar
          esos esponsales en los que la novia es una de los suyos.  Las
          Musas  entonan  el  canto  nupcial.  Los  dioses,  de  acuerdo
          con  su  costumbre,  hacen  regalos. Algunos  de  estos  dones
          serán presentes  maléficos y provocarán la pérdida de quie­
          nes los reciban.  Cadmo tendrá varios hijos,  entre ellos Sé-
          mele,  Autónoe  e  Ino,  que  se  casará  con  Atamante  y  se
          convertirá  en  Leucótea,  la  diosa  del  mar.  Tuvo  también
          otra  hija,  llamada Agave.  Se  casará con uno  de los  Espar­
          toi, Equión, del que tendrá un hijo,  Penteo. En otras pala­
          bras,  los comienzos  de Tebas representan el equilibrio y la
          unión entre un personaje que viene de lejos,  Cadmo, con­
          vertido por su hazaña y la voluntad de los dioses en sobe­
          rano,  y,  por otra parte,  unos personajes  implantados en  la
          gleba,  salidos  de  la  tierra,  autóctonos,  que llevan  la tierra
          de Tebas pegada a la suela de sus sandalias y son guerreros
          en  estado puro.  La primera sucesión de los  reyes de Tebas
          dará siempre la sensación de que entre esas dos corrientes,
          entre esas dos formas de generación,  debería existir acuer­
          do,  pero  que  también  puede  haber  determinadas  tensio­
          nes, incomprensiones y conflictos.



          EL MUSLO  UTERINO


              Existe,  pues,  una muchacha,  Sémele,  que es una cria­
          tura  deslumbrante,  como  lo  era  Europa.  Zeus  mantiene
          con  ella unas  relaciones,  no  de  un  solo  día,  sino  bastante
          duraderas. Sémele, que ve a Zeus acostado a su lado noche
          tras  noche  en  forma  humana,  pero que  sabe que  se  trata

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