Page 159 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
P. 159
Tracia, llevando consigo un cortejo de jóvenes bacantes.
El rey de la tierra, Licurgo, ve con muy malos ojos la lle
gada del joven extranjero, del que no se acaba de saber de
dónde viene y que pretende ser un dios, y de esas mucha
chas que deliran como fanáticas adeptas de una nueva di
vinidad. Licurgo hace apresar a las bacantes y las mete en
la cárcel. Pero el poder de Dioniso las libera. Licurgo per
sigue al dios y le obliga a escapar. Divinidad ambigua y
equívoca, pues tiene también un intenso componente fe
menino, Dioniso se muere de miedo durante la persecu
ción; finalmente, se arroja al agua y escapa de Licurgo. La
diosa Tetis, la futura madre de Aquiles, lo oculta en las
profundidades marinas durante cierto tiempo. Cuando
sale de allí, después de esa especie de iniciación clandesti
na, se marcha de Grecia y llega a Asia. Es la gran conquis
ta de Asia. Recorre todos sus territorios con ejércitos de
fieles, sobre todo de mujeres, que no poseen las armas clá
sicas del guerrero, combaten a golpes de tirso, es decir con
grandes tallos vegetales en cuya punta se clavan unas pi
fias, y que poseen poderes sobrenaturales. Dioniso y sus
acompañantes ponen en fuga a todos los ejércitos que se
lanzan contra ellos con la vana intención de detener su
avance; recorre Asia como un vencedor. Después regresa a
Grecia.
SACERDOTE AMBULANTE Y MUJERES SALVAJES
Aquí interviene su regreso a Tebas. Dioniso, el vaga
bundo, el niño perseguido por el odio de una madrastra,
el joven dios obligado a arrojarse al agua y a ocultarse en
la profundidades marinas para evitar la cólera de un rey
tracio, es un adulto que regresa a Tebas. Llega en el mo
mento en que Penteo, el hijo de su tía Agave, hermana de
162